domingo, 28 de octubre de 2012

el son de lo cotidiano...

En las comunidades indígenas, el músico Erick de Jesús y sus compañeros reciben palabras que devuelven en forma de una canción. Su música, en cuatro lenguas de pueblos originarios, habla de sus usos y costumbres, de sus gritos de rebeldía, de sus necesidades... Nuestro propósito es que nuestro canto sirva para organizarse desde fuera del gobierno, que gobierna para pocos, explica el artesano, trovador, músico y compositor de son tixtleco. La música comercial no se siente. Ésa es la necesidad de cambiar. Nosotros adoptamos el son de tarima para llevarlo al campo y narrar las formas de vida de los pueblos. Con cuatro discos y más de 120 canciones hechas para las comunidades de los pueblos originarios de Guerrero, componen desde 2003 en náhuatl, me’phaa, ñuu savi yñan´cue ñomndaa’. Nos pusimos a investigar y poco a poco nos adentramos a los pueblos. Conocimos a Aarón Arias, que llegó hablando ñuu savi y es traductor a esa lengua de algunas letras. Después llegó mi hermana Isabel; luego, se unió Wilber, que ejecuta la segunda jarana. Todos estamos con el interés de llegar hasta donde se tenga que llegar. Junto con Joel Leyva -albañil, plomero y tapiador (que toca el cajón de tapeo)-, este pequeño colectivo de músicos escucha lo cotidiano de las comunidades. El sonero y trovador cuenta que recibió las primeras palabras en náhuatl de sus padres. Retomamos las palabras en me’phaa, ñuu savi yñan´cue ñomndaa’ porque la gente se acerca, nos enseña, comparte y nos dice: así se escribe, así se pronuncia, y nosotros sólo le buscamos la métrica. Así trabajamos la música, la traducción y la letra. Erick explica que a veces tienen material, por ejemplo, en me’phaa, y la genta les pide que lo traduzcan al español… Muchas veces es imposible porque, en la letra y la música en lengua indígena, ellos marcan su tono y su sentimiento. Para este artista, ir a las comunidades, rescatar historias y desenvolverse ahí es sentir lo que piensa el pueblo. Nosotros vamos a convivir con las familias, y nos cuentan historias que nosotros hacemos canciones. Estos músicos le cantan a la lucha de los pueblos, a sus tradiciones, a sus alimentos, a la lluvia y a las mujeres de Guerrero. El son no tiene límites. Si los tiene, estaría en una burbuja del folklore y nos estaríamos limitando nosotros. Nos forjamos en los fandangos y en recibir desacuerdos de los músicos tradicionales, pero eso no nos detuvo. La palabra, decíamos, tiene que llegar a las comunidades. Narrar en canto lo que vemos y lo que nos platican es el objetivo. 



jueves, 25 de octubre de 2012

las cosas imaginadas...

“Yo era hijo de un campesino. En 1943 tenía doce años. Al enterarme de que el presidente Shukri al-Kuwait iba a pasar cerca de donde vivía mi familia, tuve una ilusión. Voy a escribir un poema, voy a pedir permiso para leérselo al presidente, le va a gustar, me va a llamar, va a preguntarme algo, hijo, ¿qué puedo hacer por ti?, y yo le voy a decir que quiero ir a la escuela. Escribí los versos. Mi padre tenía la costumbre de recitarme poemas tradicionales para que yo los aprendiera de memoria. Cuando le conté mi idea, me advirtió que no me acompañaría. No quería ver al presidente. Shukri al-Kuwait era un hombre importante en la independencia Siria, un luchador. Entonces estaba buscando un acuerdo con Inglaterra y Francia para que las tropas extranjeras saliesen definitivamente del país. Pero mi padre tenía diferencias políticas con él, y me advirtió que no pensaba ir a verlo. Decidí ir solo, tuve muchos problemas, protagonicé toda una epopeya, pero al final conseguí leerle mi poema, le gustó y se apoyó en uno de los versos para desplegar todo su discurso. Al terminar, me llamó y me pregunto, hijo, ¿qué puedo hacer por ti?, yo le contesté que me gustaría ir a la escuela. Pues irás, y fui. Eso es lo que me permitió después estudiar filosofía en Damasco. Puedes imaginarte que esa experiencia marcó mi vida. Creo que la realidad significa desbordamiento, valentía. Las cosas imaginadas forman parte de la realidad, suceden”. Adonis cree que la mirada del poeta puede acercarse más o menos a la realidad, pero siempre con la intención de habitar lo desconocido. Es su forma de buscar la verdad, de conseguir que el mundo sea menos absurdo. Me dice que ésa ha sido su tarea como poeta árabe. “El islamismo sometió la poesía a la religión, es decir, a lo ya escrito. Todo era volver sobre el origen, repetir las convenciones, acomodarse a la palabra dada. Se trataba de una poesía que se humillaba al poder, a la institución. Por eso apostó por una poesía entendida como revelación. La poesía pierde su valor rebelde, afirma, si renuncia al conocimiento que crea la escritura”… Pero toda poesía importante es cuestionamiento de la verdad establecida. La gente adopta una versión institucionalizada de la realidad y la verdad. Frente a eso nos queda la poesía. 

Imagen: unicef


sábado, 20 de octubre de 2012

de espuma y candil…

Allí, en las calles de La Habana, inspiradoras y esencias de lo narrado, estuvo la autora del libro, Katiuska Blanco; en un trasiego que hoy se nos antoja inocente, sudoroso, febril, como deben ser los estados que arrastran al delirio. Suponemos incluso su terco bregar con adoquines salientes y balcones apuntalados; y nos atrevemos a soñar, porque el título invita, que el desandar la condujo hacia cabezas de leones que gimen con los aldabonazos e indiscretas placas broncíneas sobre personalidades y hechos insólitos. Un libro imaginado sobre una ciudad palpable; que incitó a que nos preguntáramos ―y a preguntarle a Katiuska Blanco ¿hasta dónde la realidad, y hasta dónde la ficción, en Ciudad soñada? ¿Hasta dónde lo verídico, lo cierto, y hasta dónde los mitos populares y el fantasear de la escritora? Las páginas perfilan habitantes pasados y caminantes de hoy, paredes, plazas, estancias, callejuelas, balcones, aposentos y columnas, todos tangibles aunque sea en estampa, pero con referentes impalpables como el tiempo, las sensaciones, los pensamientos, las visiones, las leyendas, los mitos y las fabulaciones que confluyen antes de que los párpados extenuados de la escritora declinen, la luz penetre en la pupila, se agote en los intersticios de la memoria y comience -en plena oscuridad dormida- el mundo de la fantasía, cuando lo bello y lo extraño se entrelazan, lo usual y lo absurdo, la felicidad y el dolor; entonces el tiempo se confunde: es breve, pero tiene apariencia de largura. En el libro puede ser, por ejemplo, que una vida real se desenvuelva en una circunstancia imaginada o que un personaje soñado narre aconteceres ciertos. La Habana es de espuma y candil, como los versos de los trovadores: “espuma, cresta que cuando logra ser ya no es ninguna” y candil “candil de nieve”, algo cálido, fugaz, iluminador y quemante, inatrapable como el agua descongelada al fuego, es decir, pura poesía, eso es La Habana. Ciudad soñada es sendero para aproximarse no solo al cuerpo sino también al alma de nuestra ciudad». Amo La Habana y desde hace muchos años leo historias sobre los acontecimientos que la estremecieron, sobre las vidas que discurrieron aquí o transcurren ahora mismo. El libro es una compilación de remembranzas, ensoñaciones. Las calles estructuran la urbe, nos conducen a sus espacios más abiertos y ruidosos pero también a los recónditos, íntimos y callados. Son las venas que conducen al corazón.


Fuente: Rebelión
Imagen: pescando futuro…

jueves, 18 de octubre de 2012

para que los sueños caminen…

Somos compañeros y compañeras que conformamos el Espacio de Lucha Contra el Olvido y la Represión (ELCOR). Creemos sumamente importante rememorar la historia de los pueblos en lucha -aquella donde el pasado es presente para construir el futuro- para no permitir que la tierra regrese bajo control de gobernadores terratenientes, rancheros arrendatarios, militares y guardias blancas, como se caracterizó Chiapas durante siglos. “La historia de arriba” nada de esto nos ha relatado. Pretenden que entendamos que el despojo es una forma legal cuando bien sabemos que es mecanismo para regularizar tierra a favor de sus intereses como clase, defendidos además, por paramilitares. Lo que no saben es que luchamos contra el olvido y la represión, es decir, contra el sistema capitalista que impone un modo de vida que acaba con la vida misma, y contra un Estado liberal moderno que impone violencia, desprecio, cárcel, tortura y muerte expresada en sus leyes, partidos e instituciones. En cambio, los y las zapatistas nos han enseñado sobre y desde la historia a darle lugar a la memoria. Conocer el proceso de la recuperación de tierra por parte del EZLN es evocar un pasaje histórico que va de un sistema colonial representado en la hacienda, a la tierra recuperada, y así a la construcción de territorio autónomo anticapitalista, hoy representado en los Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas. Para nosotros y nosotras, luchar contra la desmemoria ha sido producto de caminar y escuchar a los hermanos y hermanas, y estar con el corazón abierto y atento a sus pronunciamientos. Hemos aprendido que desnudar la historia de agravios es visibilizar en retrospectiva a Chiapas para construir nuestros calendarios. Todo era condición histórica para el anclaje entre el colonialismo interno y el desarrollo del capitalismo dependiente/periférico. Desde hace casi treinta años, las decisiones económico-políticas que comenzaron a caracterizar a la “globalización imperial”, fueron estratégicas para llevar a cabo un ordenamiento territorial que permitiera la acumulación de capital en aquellos territorios habitados por pueblos indígenas que seguían resistiendo La insurrección campesino-indígena zapatista además de exigir tierra, reclamó trabajo, techo, salud, educación, alimentación, comunicación, paz, libertad, justicia, democracia e independencia. Se proponía la construcción de un sistema político que permitiera que la acción histórica colectiva mandara y hubiese quienes obedecieran a las mayorías. Veinte años después los sujetos emergentes que surgieron con el levantamiento del EZLN, mostrando el rostro de la dignidad caminando, ensayan una autonomía de facto y plantean que una verdadera reforma agraria sólo será posible si las relaciones de explotación y opresión desaparecen. Sólo así la consigna “Tierra y Libertad” se recontaría con la de justicia. Los y las zapatistas han defendido la tierra que hoy sigue viva por el sudor de los abuelos y abuelas que trabajaron en esas haciendas y la sangre de quienes dieron su vida para que los sueños los caminen otros y otras. Hoy nos toca caminar y defender esa tierra donde se construye otro mundo posible, la rebelión contra el olvido y por la memoria se expresaba en las geografías del sureste mexicano. Hoy para muchos y muchas de nosotros y nosotras la lucha zapatista del sureste mexicano está mostrando a los movimientos hoy llamados socioterritoriales, que confirmen cómo se pueden transformar las relaciones sociales y políticas del continente. Lo que era un territorio configurado por grandes latifundios de producción cafetalera, fincas ganaderas y monterías madereras y chicleras – basadas en relaciones de explotación y opresión, hoy son Caracoles Zapatistas, abrazados por comunidades que dibujan Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas, donde se ensayan relaciones de reciprocidad, solidaridad y convivencialidad. Hoy estamos siendo testigos de que otro mundo es posible y si quieren conocerlo hace falta difundir la situación y sumarse desde cada geografía a la defensa de las geo-grafías zapatistas.
Chiapas, México 



lunes, 15 de octubre de 2012

los ojos de lucini...



 
Estás vivo
como fruta madura
hacedor de inviernos y veranos,
cómplice de los pájaros,
tejedor del viento navegante.

No se rinde jamás tu corazón
y, niño, tiemblas en los atardeceres,
te deslumbran el verde, las marismas
y el ruido de la lluvia
contagias el arcoiris de canciones,
que son tus despertares
y levantas al mundo, lo enciendes.

Es verdad que a ratos estás triste
y sales a los caminos,
libre como tus sueños
y lloras por las cosas más dulces y más tiernas
y atesoras recuerdos
brotando entre tus huesos
y eres una infinita espiral que se retuerce
entre lunas y soles,
avanzando en los días,
desenrollando el tiempo
con miedo o desparpajo,
desenvainando estrellas
para subir más alto, más arriba,
dándole alcance al aire,
regalándonos el ser que te sustenta,
en la eterna marea de flujos y reflujos
que mueve el universo
y que impulsa los giros redondos de la tierra.

Eres el maestro apasionado, la ternura
la paz, la sensibilidad, el verso
revoloteando en las ventanas
la memoria, la esperanza, la ilusión, las alas
La utopía bailando en pentagramas...

Cada día
tus ojos
encienden luciérnagas.


 (Adaptación de un poema de Gioconda Belli  )
Imagen: Trini Reina
 


domingo, 14 de octubre de 2012

hoy empieza la revolución...

Los multitudinarios actos de desobediencia civil, los procesos masivos de participación y decisión horizontal… son rasgos de lo que ha sido un poderoso movimiento: primavera árabe, 15M y Occupy Wall Street. Más indignación, más malestar y más desobediencia es la respuesta en la calle. Las élites económicas y políticas, por su parte, frente a una crisis económica, social, política y ecológica sin precedentes, han optado por pisar el acelerador. Y al mismo ritmo que la prima de riesgo sube, los recortes se intensifican y llegar a final de mes se convierte en “misión imposible” para miles de familias... La crisis clarifica las cosas. Las cortinas de humo se esfuman. Al capitalismo se le ha caído la careta. Consignas del movimiento del 15M como “no es una crisis, es una estafa”, “no debemos, no pagamos”, etcétera, se han extendido socialmente ante la profundidad de la crisis, la impunidad de quienes nos han conducido hasta aquí y la connivencia política con la que cuentan. Hemos visto gritar en las plazas y en las manifestaciones: “Hoy empieza la revolución” o “no es la crisis, es el capitalismo”. Y el desafío reside en llenar colectivamente de contenido programático y estratégico este malestar social e indignado. Ser capaces de dibujar poco a poco un esbozo de proyecto alternativo de sociedad y de cómo alcanzarlo y profundizar así en el alcance y la consistencia del rechazo creciente al mundo actual. La intensificación de la crisis, junto con la dificultad para conseguir victorias concretas, ha empujado a una creciente radicalización. Desde la emergencia del 15M, la ocupación de plazas, de viviendas vacías, de bancos e incluso de supermercados se ha convertido en una práctica frecuente. Y lo más importante: estas acciones han contado con un importante apoyo social. La desobediencia civil ha empezado a recuperar el espacio público. Y es que frente a leyes y prácticas injustas, la única opción es desobedecer. Y ante a este aumento de la respuesta social en la calle el miedo ha empezado a cambiar de bando. De ahí la escalada represiva contra quienes luchan con el objetivo de acallar la protesta… Aunque dicha estrategia les está resultando más difícil de lo que esperaban, debido a la profundidad de la crisis, la deslegitimación del gobierno y el importante apoyo con el que cuenta la movilización social. Nos intentaron hacer cómplices cuando no culpables de esta situación de crisis. Nos dijeron, por activa y por pasiva, que habíamos “vivido por encima de nuestras posibilidades”. Y el discurso caló. Mentira. Quien durante años ha vivido por encima de sus posibilidades ha sido el capital financiero y especulativo que hizo negocio con el territorio y la vivienda. La estafa de la crisis se ha convertido en una realidad para muchas personas. Y éste es el primer paso para cambiar las cosas. Abrir los ojos al Matrix cotidiano que no nos deja ver la realidad y despertar de la prisión virtual que es la ideología del capital.
Imagen: kaosenlared


jueves, 11 de octubre de 2012

mientras destensa la soga...

Es el momento álgido de la representación y Rosario, la primera actriz, perfilada por  los focos del escenario, se enfrenta al momento sin miedo. A ella que fue a colegio de monjas en  Andalucía, no le costará nada contar que todo es una puta mierda. Tiene el papel muy bien aprendido. Aún recuerda el olor de los asientos de El Sevillano con el que salieron de unas tierras que siempre fueron de los mismos caciques, y que sólo les daban jornal en tiempos de cosecha y poco más. Después la vida en Torre Baró, al final de Barcelona, donde las casas las hicieron sus manos. Las calles, la luz, el dispensario y la llegada del bus urbano al barrio la consiguieron a base de luchas durante un régimen fascista y policías de porra fácil. Y allí arriba crió a cuatro hijos varones, ahora de nuevo viviendo en casa, porque hacer casas y especular con ellas ya no es negocio. «Una puta mierda de país tenemos, -vocifera a mano alzada- que vamos para atrás. Mis parientes del pueblo me dicen que la tierra sigue en manos de los ricos: señoritos, empresarios y políticos aprovechaos. Y ahora estos sinvergüenzas, ladrones y corruptos, les quitan el paro a los chicos, ¿qué carajo quieren que haga? ¿Cómo alimento a la familia? Seis euros de más me cobraron el otro día en la farmacia por las recetas, y subieron el bono del bus que ahora tengo que coger, pues cerraron el ambulatorio del barrio». El público se aleja de las paradas de frutas y verduras, carne o pescado del mercado municipal para prestar más atención a Rosario. «En el bloque,  -continua Rosario mientras toma una cuerda en su mano y la pasa resbaladiza por su cuello- la del quinto rebusca comida en los containers y yo le digo que me han dicho que a las dos y media en la puerta de atrás del súper sacan mucha comida que está buena, y me dice que ya ha ido, pero que las cajeras no les dejan coger nada hasta que lo han tirado al container, y que hay mucha gente y le asusta la bronca. «Una puta mierda de empresas que se hacen ricas con nuestro jornal porque las leyes les dejan hacerlo, pero el que roba una barra de pan o el sindicalista de las barbas que atraca súpers para los pobres, las leyes dicen que son ladrones. «La panda de ladrones son ellos, pero se van a enterar, no morimos como galgos ahorcados» Y mientras destensa la soga, la gente que le rodea acuerda colectivamente dirigir la función.
Imagen: Los Ulen


domingo, 7 de octubre de 2012

pedaleando sueños…

Dislocada,
en la sórdida calle quedó la bicicleta.
Con un giro huérfano la rueda,
la cadena roncando de impotencia,
denunciando en su círculo concéntrico:
-aquí alguien pedaleaba un sueño
y fue sorprendido en plena cuesta-.
Aquel Falcon
se mandó de golpe,  histérico de frenos.
De  su entraña, las sombras  emergieron
y siniestras, sin tiempo para asombros,
traicioneras, se hicieron con la presa.
El derrape violento por la esquina
y de testigo quedó  la bicicleta.
Alguien  vio todo
y quedó descadenado lo mismo que ella
Girarrayos en el pecho, el corazón,
honda huella, la conciencia y el dolor,
implacables fundando la memoria
donde habitan todavía las ausencias
desmontadas de tantas bicicletas.
En Rosario,
rompieron su silencio, su miedo, las paredes,
la mordaza, de cal o de pintura
por las calles aquellas ciegas, mudas,
donde hoy lucha por la justicia el pueblo
aquel “alguien”,  estampa bicicletas,
y nombra a todos los caídos su silueta.
Alguien pedalea nuevamente un sueño,
tratando de subir una vez más, la cuesta.
Imagen: Ojo Digital

sábado, 6 de octubre de 2012

intercambio fecundo…



Hoy más que nunca, las universidades, donde se forman los intelectuales, ya no pueden ser reducidas a macroaparatos de reproducción de la sociedad discrecional ni a fábricas formadoras de cuadros para el funcionamiento del sistema imperante. En nuestra historia patria han sido también siempre un laboratorio del pensamiento contestatario y libertario. Esto constituye su misión histórica permanente que debe acelerarse hoy, dado el agravamiento de la crisis general en el mundo. El mayor desafío es consolidar los avances sociales y populares ya alcanzados. Por eso la nueva centralidad reside en la construcción de la sociedad civil a partir de la cual los anónimos e invisibles dejan de ser lo que son y pasan a ser pueblo organizado… se hace urgente el encuentro de la universidad con la sociedad. Ante todo, es importante crear y consolidar una alianza entre la inteligencia académica y los condenados a la miseria y a la pobreza. Las dos culturas –la humanística y la científico-técnica– van dejando de coexistir y se intercomunican en el sentido de tomar en serio su contribución a la gestación de un país con menos desigualdades e injusticias. Las universidades son urgidas a asumir este desafío: las distintas facultades e institutos tienen que buscar un enraizamiento orgánico en las bases populares, en las periferias y en los sectores ligados directamente a la producción de los medios de vida. Aquí puede establecerse un intercambio fecundo de saberes, entre el saber popular, hecho de experiencias, y el saber académico, fruto del estudio y de la investigación. De este intercambio puede surgir la definición de nuevas temáticas teóricas y prácticas y la valoración de la riqueza del pueblo en su capacidad de solucionar sus problemas. Esta actividad permite un nuevo tipo de ciudadanía, basada en la conciudadanía: representantes de la sociedad civil y de las bases populares así como de la intelectualidad toman iniciativas autónomas y someten al Estado a un control democrático, reclamándole servicios para el bien común. En estas iniciativas populares, sea en la construcción de casas mediante la colaboración vecinal, en la búsqueda de medios para la salud, en la forma de producción de alimentos, en la contención de tierras sueltas para evitar derrumbes y en otros mil frentes, los movimientos sociales sienten la necesidad de un saber profesional. Es donde pueden y deben entrar la “inteligentsia” y la universidad, socializando el saber, proponiendo soluciones originales y abriendo perspectivas, a veces insospechadas, para quien está condenado a luchar sólo para sobrevivir. De este ir y venir fecundo entre pensamiento universitario y saber popular puede surgir un nuevo tipo de desarrollo adecuado a la cultura local y al ecosistema regional. A partir de esta práctica, la universidad pública rescatará su carácter público, será servidora de la sociedad y no solo de aquellos privilegiados que consiguieron entrar en ella. Y la universidad privada realizará su función social, ya que es en gran parte rehén de los intereses privados de las clases propietarias e incubadora de su reproducción social. De ese casamiento entre “inteligentsia” y miseria nacerá un pueblo liberado de las opresiones para vivir en un país más justo donde sea más fácil el quererse y el amor.

Leonardo Boff

jueves, 4 de octubre de 2012

si acaso alguna vez...



Si acaso alguna vez hago como que muero,
suelto el columpio y me escondo
en algún rincón del mundo,
no creas lo que ves,
ni des la espalda, ni cortes una rama
de este árbol que sembramos,
y créeme, por favor.

Si acaso alguna vez me distraigo y de momento

no me hacen falta tus manos,
ni te exijo compañía,
no creas lo que oyes,
ni des la espalda, ni cortes una rama
de este árbol que sembramos,
y créeme, por favor.

Si de repente algún día doy un vuelco a mi arena

y echo al mar mi canción,
levanto un muro de piedras, doy un hachazo a esta tierra
o atravieso un corredor.

Si de repente algún día rompo el cielo a latigazos,

corto el tallo de una flor
o abandono en la galaxia a una estrella que agoniza
y va a caer,
no creas lo que hago, cree en mí.

Si salgo un día y me pierdo por algún camino de algas,

si no me ves regresar,
si ya no tengo equilibrio, si esta cuerda se quebrara,
si olvidara el talismán.

Y si voy un día a tu almohada, si dibujara otra cara,

si un fantasma ves volar,
si oyes ruidos que cabalgan, si regresan las siluetas,
si me vienen a buscar.

Si esto llegara a ocurrir

no creas lo que hago, ni lo que oyes,
ni lo que ves,
ni des la espalda, ni cortes una rama
de este árbol que sembramos
que se nos hace gigante,
que nos da sombra y fortuna
que nos cobija y nos nutre... siempre.

Imagen: dateriles

martes, 2 de octubre de 2012

se conocían por las huellas…

Contaban nuestros abuelos que los primeros fundadores  de estas tierras -allá por la década de los años veinte del siglo pasado, después de la Revolución- solicitaron al gobierno que les concediera espacio para sembrar sus cosechas de maíz y frijol para mantener a sus familias. Como no tenían recursos económicos y venían sin nada, lo primero que ocuparon fueron los terrenos que estaban junto a los arroyos, y construyeron jacales o sombras para proteger sus familias. Entonces, gobernaba el estado el general Ignacio Enríquez, que en esa época promovía las colonias agrícolas como la alternativa para resolver la dotación de la tierra  en contra de la visión nacional de la creación de ejidos. Eso llevó a que la primera decisión que tomaron nuestros abuelos fue la de ser colonia o ejido. Después de mucho discutir, decidieron que el ejido era la mejor opción para ellos. Eran tiempos difíciles. Acudían a la escuela, y cuentan los mayores que iban descalzos y que entre ellos se conocían por las huellas de los pies en la vereda. Por las huellas, podían decir: “Ya pasó fulano; mengano aún no pasa”. Con la fiebre del oro blanco –algodón– en el mercado mundial, se empezó a cultivar el algodón en las tierras que irrigaban en el invierno con el agua del río que subían mediante una acequia, y que daban riegos de auxilio para garantizar la cosecha. Se tiene que resaltar la lucha que dieron nuestros abuelos y nuestros padres para lograr la dotación de aguas de la presa al ejido. No fue fácil. Muchos lucharon para garantizar a las generaciones actuales y futuras el agua del río Del Carmen… Pero hubo recurrentes crisis con el incremento de las tasas de intereses bancarios, la caída del precio de las cosechas, el incremento de los insumos y los pocos apoyos gubernamentales. Hoy, nuestro ejido es pilar importante en la lucha por el agua, por el ordenamiento de la extracción del acuífero Flores Magón Ahumada, ante los aprovechamientos irregulares por parte de los menonitas. También estamos en la lucha para que se impida el aprovechamiento irregular del agua del río Del Carmen, y se permita que la presa Las Lajas se recargue y nos garantice el agua para los siguientes ciclos agrícolas… Así como desde hace años nuestros abuelos, padres  y hermanos mayores  se han comprometido con la defensa del ejido, se requiere que hoy continuemos con la tarea de cuidar la tierra, el agua y los recursos naturales por los que vienen atrás. Escuchemos a los ejidatarios mayores, que tienen  la experiencia de la vida, y reconozcamos que somos una comunidad  que ha salido adelante ante los problemas. Pocos ejidos tienen la organización, generaran economía y participan activamente por  la solución a sus demandas. Si los primeros pobladores vivieron en arroyos, si nuestros abuelos y padres andaban descalzos y araban la tierra con mulas, desmontaron con picos y hachas  y nunca se rajaron; si los ejidatarios mayores participaron en mejorar las condiciones del ejido, nosotros no podemos acobardarnos, defendamos nuestra tierra, nuestra agua  y nuestros recursos, éste es el mejor tributo que les podemos brindar  a nuestros  abuelos  y a nuestros padres.
Colectivo en Defensa del Desierto de Chihuahua