sábado, 28 de octubre de 2017

dame tu mano...





Dame tu mano
amor
no dejes que me hunda
en la tristeza.
Ya mi cuerpo aprendió
el dolor de tu ausencia
y a pesar de los golpes
quiere seguir viviendo.
No te alejes
amor
encuéntrame en  el sueño
defiende tu memoria
mi memoria de ti
que no quiero extraviar.
Somos la voz
y el eco
el espejo
y el rostro.
Dame tu mano
espera 
debo ajustar mi cuerpo 
hasta alcanzarte.


 

lunes, 22 de mayo de 2017

la llave de las semillas...


Te leeré, hijo mío, unos versos preciosos
que le escuché al griot de Kiffa,
en Assaba, al sur de Mauritania,
y apunté en esta vieja y negra Moleskine:
Cuando quieras volar no mires hacia arriba,
no hables, no despiertes
a las estrellas más cercanas y huérfanas,
porque nadie te oye salvo tu libertad.
Las palabras son música de la sed.

No hables tampoco, niño de mis insomnios,
cuando desees ser más amado que ahora
porque sólo quien sabe besar y acariciar
obtiene del plenilunio las frambuesas rebeldes
y bebe las raíces de la oscuridad.
Te esperé tanto tiempo que te fui a buscar
A los columpios de los ruiseñores.

Hijo, no faltes a la escuela
Bajo el único árbol, el mango de la tribu,
el dios de mis entrañas. Ni un día te ausentes
De tu cita con las palabras y la sabiduría.

Lee para volar, sueña para crecer
Y para conocer el mundo, los mundos
Que te alejan de la guerra y la enfermedad.
La ignorancia es la reina de la esclavitud.

Antes de nacer, hijo, leías dentro de mí
Leías en mi piel, con los oídos y  con el corazón.
Después dijeron que bastaban los ojos.
No olvides, hijo de mis entrañas,
Las palabras que me cantó el griot.

El libro que buscas no te ha encontrado aún,
Tú tienes la llave de todas las semillas.