domingo, 27 de noviembre de 2011

el 99%: una comunidad de resistencia...

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En el pasado, la mayoría de los movimientos han apelado a comunidades concretas – trabajadores, estudiantes, comunidad negra, latinas/latinos, mujeres, colectivos LGTB [lesbianas, gays, transexuales, bisexuales], pueblos indígenas – o han cristalizado en torno a cuestiones específicas como la guerra, el medio ambiente, los alimentos, el agua, Palestina o el complejo penitenciario industrial. Con el fin de reunir a quienes estaban vinculados a estas comunidades y movimientos, hemos tenido que comprometernos en difíciles procesos de formación de coaliciones, negociando el reconocimiento por el que se afanan comunidades y reivindicaciones.  
En una configuración asombrosamente diferente, este nuevo movimiento de “Ocupa...” se imagina a si mismo como la más amplia comunidad de resistencia: el 99% frente al 1%. Es un movimiento desarrollado desde el principio contra los sectores más opulentos de la sociedad: los grandes bancos e instituciones financieras, los ejecutivos de empresa, de salarios obscenamente desproporcionados respecto a las ganancias del 99%. Desde luego, puede argumentarse convincentemente que el 99% debería actuar con el fin de mejorar las condiciones de quienes constituyen los escalones inferiores de esta comunidad potencial de resistencia, lo que significaría trabajar a favor de quienes más han sufrido a causa de la tiranía del 1%. Los activistas de “Ocupa...” están reflexionando intensamente sobre cómo podríamos incorporar la oposición al racismo, la explotación de clases, la homofobia, la xenofobia, la discriminación de los discapacitados, la violencia contra el medio ambiente y la transfobia a la resistencia del 99%. Por supuesto, hemos de estar preparados para poner en tela de juicio la ocupación militar y la guerra. Y si nos identificamos con el 99%, habremos de aprender también a imaginar un nuevo mundo, en el que la paz no sea simplemente la ausencia de guerra sino, antes bien, una remodelación creativa de las relaciones sociales globales. 
Traducción: Lucas Antón
Fuente:  sinpermiso

jueves, 24 de noviembre de 2011

La fábula de los cuervos y los alacranes...

En mi primera visita a la República Popular y Democrática de Yemen, me llamó la atención la densidad de cuervos por el cielo y por la tierra a las afueras del aeropuerto.
Al dejar el hotel con nuestro acompañante yemení, me asombré aún más con el impresionante despliegue de cuervos que te sorprendía allá donde pusieses los ojos, en el cielo, en la tierra, planeando sobre las cimas de las negras montañas volcánicas cuyos bordes, rocosos, afilados, brillantes como el cristal, inspiraban temor.
Me pareció como si los cuervos estuviesen meciéndose en caballitos de madera distribuidos por el pedregal, presuntuosos, confiados, desafiantes. Me agaché a coger una piedra, al momento el camarada yemení leyó mi intención de tirarla y me advirtió gravemente:
- No lo hagas, lo lamentarás, si matas uno te atacarán sin descanso y no te dejarán tranquilo.
Titubeé y solté la piedra, los yemeníes saben más que nadie sobre sus cuervos. Le pregunté cómo es que no tenían miedo y me dijo:
- Un oficial británico trajo unos cuervos de la India con la convicción de que acabarían con los alacranes que abundan por el lugar. Los cuervos se reprodujeron, anidaron en las cumbres inalcanzables para la gente y allí ponían los huevos en paz. Desde entonces son un problema intratable, no sé, tal vez de tanto alacrán que han tragado ya no le tienen miedo a nadie.
- ¿Y los alacranes? ¿Han acabado los cuervos con ellos?- Le pregunté.
Enmudeció y una sonrisa burlona se le perfiló en la cara, no dijo nada y se puso a recorrer con la vista los abundantes agujeros que había por las aceras.
Apenas habíamos andado unos metros cuando me detuvo, me cogió del brazo y me indicó un alacrán negro que salía de un boquete con el aguijón en ristre. Todo apuntaba a que iba cargado de amenazante veneno.
- Los británicos trajeron los cuervos para librarnos de los alacranes, y después de sacrificarse el pueblo en una revolución victoriosa para expulsarlos de nuestro país, aquí se quedan los cuervos, y lo peor son los molestos graznidos que nos turban el descanso noche y día. Esto es parte de lo que nos dejó el inglés, amigo…
Rashad Abu Shawer 
La fábula de los cuervos y los alacranes
Traducción del árabe de Antonio Martínez Castro
Al-Quds al-Arabi
Fuente: Rebelión

domingo, 20 de noviembre de 2011

nunca no se puede hacer nada...

Hay que situar los transgénicos en un contexto más amplio que el sanitario. El sistema agrario que tenemos es insostenible y los transgénicos son una parte de esa insostenibilidad y de esa injusticia. Tenemos que intentar alimentarnos de otra forma y eso quiere decir buscar en los ámbitos en que podemos la agroecología, alimentos de proximidad y dietas mucho menos ricas en carne y en pescado. Es la Agencia Internacional de la Energía la que está diciendo que hay apenas un margen de cinco años para contener lo peor de un cambio climático grave y descontrolado que se lleve por delante todo lo que llamamos civilización. No es posible seguir pensando en una economía que crezca indefinidamente a las tasas de crecimiento que se consideran necesarias dentro del paradigma en el que estamos, eso es absolutamente imposible. Y a su vez, es evidente que eso plantea problemas no solamente al stablisment productivista consumista desquiciado, sino también a las propuestas económicas de la mayor parte de la izquierda. De ahí que la idea de una economía de equilibrio, de estado estacionario sigue siendo la perspectiva correcta. Yo hablo en un nivel de grandes principios: biomímesis, autocontención, autolimitación, principio de precaución y ecoficiencia. Una tendencia muy fuerte en los seres humanos es que desconocemos los márgenes de acción. Muchas veces nos decimos a nosotros mismos “es que no puedo hacer nada” pero prácticamente nunca no se puede hacer nada. A veces actuar es difícil para nosotros, costoso, nos saca de nuestros hábitos y comodidades. El 15M es importantísimo, es la ventana más importante que se ha abierto en decenios en nuestro país. Se está hablando de lo que se tenía que hablar por primera vez en muchísimo tiempo, la gente se está reuniendo en plazas públicas para hablar de economía, de ecología, de sociedad, de los poderes que realmente nos gobiernan…y eso realmente es muy importante. Pero sigue siendo una pequeña minoría social,  si no el 20N la gente no votaría lo que parece que va a votar.

viernes, 18 de noviembre de 2011

crónicas del buen vivir...

Sarayaku
Pocos lugares en el mundo le hacen mejor propaganda a la vida que este pueblo (como prefieren llamarlo en vez de comunidad) kichwa, en las riberas del río Bobonaza, que mucho más abajo será el Amazonas. En el corazón de la selva ecuatoriana, Sarayaku es un símbolo de la resistencia invicta donde todo está conectado y hace sentido todavía. Haber impedido el ingreso de las empresas petroleras en su territorio una y otra vez fortaleció al pueblo con una identidad moderna y una experiencia de gobierno y vida autónoma que ya quisieran muchos países que se dicen democráticos.
Son cazadores, campesinos, pescadores, en un territorio dotado de agua y una vegetación llena de propiedades alimentarias y farmacológicas cuyo aprovechamiento conocen a fondo y usan sin abusar, en las antípodas de la depredación y la contaminación. No huele mal, no hay basura ni desechos industriales. Ningún niño se ve desnutrido. Y de hecho, todos van a la escuela. Cuidan y cultivan un arsenal de hierbas, cortezas, flores, hongos, raíces, semillas.
El buen vivir cuesta trabajo. Mucho. Las mujeres se encargan de la chacra, el campo de cultivo en las distintas direcciones de la selva a cargo de la cada familia, todas con tierra. Allí se siembra, cultiva o cosecha yuca, el tubérculo base de la dieta kichwa. Todo el año se trabaja la yuca, bajo solazo o aguacero. Cada detalle de los días aquí es para vivir bien. Allá al oriente, en lo que llaman corazón de la selva, hay un pueblo entero que resiste, y asegura que hará lo necesario para proteger sus lugares, sus ríos, sus florestas, su pajarerío, sus chacras, su atmósfera, sus intangibles memorias y el tangible, palpable, concreto y gran tesoro de su territorio, Kawsak Sacha, la selva viviente.
Hermann Bellinghausen
Ojarasca

jueves, 10 de noviembre de 2011

un tierno brote verde...

Cuando sólo era un tierno brote verde pensaba y repensaba que le gustaría ser de mayor, por eso era tan preguntón con sus parientes mayores. – ¿Cómo te fue con tu vida? ¿Cuéntame otra vez aquella aventura? ¿De verdad que fue así? Coleccionaba en su diario todas esas andanzas para después confeccionar  una lista con las cosas que le gustaría ser y las que no.
Cosas que me gustaría ser:
Ser frutero y que los niños y niñas me trepen y me sisen mis manzanas, mangos o aguacates.
Ser la sombra de reuniones clandestinas donde se piensen revoluciones.
Ceder mi tronco para que garabateen en él corazones de amor eterno.
Ser las ramas de muchos nidos.
Ser las ramas de la cabaña de Tarzán.
Ser, en cada amanecer, el abrazo de borrachines solitarios.
Ser apartamento de ardillas y pájaros picapinos.
Cosas que no me gustaría ser:
Ser el árbol que da la rama donde anudan la soga del ahorcado.
Ser cortado joven para agonizar lentamente emperifollado con bolas de colores, guirnaldas y una estrella navideña en mi copa.
Ser centenario, pasando cien años de soledad, huérfano en un monocampo de maíz.
Ser olivo palestino sitiado y prisionero, lejos de mis cuidadores campesinos.
Ser talado, tritutarado y reducido a celulosa, que procesada como papel será vendido a miles de kilómetros de mi bosque.
Si me gustarán los viajes largos…en lugar de raíces tendría alas.
Profesiones

lunes, 7 de noviembre de 2011

a ras de suelo...

Dispara en la acera la voz de noviembre
Las calles son el escenario
Alfredo se rebela disfrazado de indigente
Zarandea la multitud como un diablo.
Días de escepticismo y contradicción
De pesimismo a raudales
Cualquier esquina es buena para denunciar
La falta de ideales
Suben por la calle Preciados
Las saetas de los olvidados
No vienen pidiéndote dinero
Quieren que participes tu alma a ras de suelo
Piel de marioneta y alas de cartón
Me queda aún pendiente una revolución
Ante la idea de que todo sea absurdo
Prefiero cambiar este mundo.
El arte es un arma cargada de futuro
De balas de serpentina y flores de papel
Arlequín, Polichinela, Hamlet moribundo
El teatro se libera y el telón vuelve a caer
Suben por la calle Preciados
Las saetas de los olvidados
No vienen pidiéndote dinero
Quieren que participes tu alma a ras de suelo
Piel de marioneta y alas de cartón
Me queda aún pendiente una revolución
Ante la idea de que todo sea absurdo
Prefiero cambiar este mundo.
"noviembre"
 

miércoles, 2 de noviembre de 2011

estado de rebelión...

colposcopía
Las políticas que se están imponiendo “desde arriba” en Europa en los últimos tiempos son una muestra evidente de la declaración implícita de un Estado de excepción económica y social contra los y las de abajo, utilizando como coartada la crisis sistémica generada por un capitalismo financiarizado, cada vez más injusto y depredador, con el vuelco climático, la catástrofe de Fukushima y la tragedia de Somalia como sus manifestaciones más extremas. Su obstinación en buscar una salida de la crisis al servicio de los mismos que la provocaron está llevando incluso a una involución no sólo en lo que quedaba de los Estados de bienestar sino también en la democracia liberal y el Estado de derecho, convertidos en mera retórica mientras se imponen el gobierno privado de “los mercados” y la obsesión securitaria frente a los nuevos “ilegalismos populares”[...] Más allá de las diferencias entre los signos de revuelta que se reflejan en los distintos países, existe un denominador común en todos ellos: la voluntad de volver a ocupar el espacio público, las plazas y las calles, para denunciar un sistema que no ofrece ninguna esperanza de salir de la precariedad y la vulnerabilidad social [...]
Pero, si bien este “tiempo de revueltas”, como diría Lluis Llach, da razones y motivos para la esperanza, no podemos por ello ser optimistas sobre la salida que a corto plazo cabe prever. Al contrario, estamos sólo en el inicio de un proceso de reconstrucción de nuevos vínculos sociales y organizativos y de un “sentido común” alternativo que llevará mucho tiempo todavía. En el Estado español, el Movimiento 15-M ha demostrado ya, en sus poco más de tres meses de vida, su capacidad para ser catalizador del malestar difuso en la sociedad. Por eso la legitimidad social que ha alcanzado permite prever que puede ser un actor colectivo dispuesto a desafiar desde el primer día al Gobierno que se salga de las urnas el próximo 20-N. Pero necesitará también de una izquierda antineoliberal y anticapitalista más firmemente decidida a luchar por otra política y otra forma de hacerla, lejos del modelo de partido profesional- electoral hasta ahora dominante.