domingo, 31 de marzo de 2013

en la isla bajo el mar...


En mis cuarenta años, yo, Zarité Sedella, he tenido mejor suerte que otras esclavas. Voy a vivir largamente y mi vejez será contenta porque mi estrella -mi z’etoile- brilla también cuando la noche está nublada. Conozco el gusto de estar con el hombre escogido por mi corazón cuando sus manos grandes me despiertan la piel. He tenido cuatro hijos y un nieto, y los que están vivos son libres. Mi primer recuerdo de felicidad, cuando era una mocosa huesuda y desgreñada, es moverme al son de los tambores y ésa es también mi más reciente felicidad, porque anoche estuve en la plaza del Congo bailando y bailando, sin pensamientos en la cabeza, y hoy mi cuerpo está caliente y cansado. La música es un viento que se lleva los años, los recuerdos y el temor, ese animal agazapado que tengo adentro. Con los tambores desaparece la Zarité de todos los días y vuelvo a ser la niña que danzaba cuando apenas sabía caminar. Golpeo el suelo con las plantas de los pies y la vida me sube por las piernas, me recorre el esqueleto, se apodera de mí, me quita la desazón y me endulza la memoria. El mundo se estremece. El ritmo nace en la isla bajo el mar, sacude la tierra, me atraviesa como un relámpago y se va al cielo llevándose mis pesares… Los tambores son la herencia de mi madre, la fuerza de Guinea que está en mi sangre. Nadie puede conmigo entonces, me vuelvo arrolladora como Erzuli, loa del amor… En la casa donde me crié los primeros años, los tambores permanecían callados en la pieza que compartía con Honoré, el otro esclavo, pero salían a pasear a menudo. Madame Delphine, mi ama de entonces, no quería oír ruido de negros, sólo los quejidos melancólicos de su clavicordio… Honoré podía sacarle música a una cacerola, cualquier cosa en sus manos tenía compás, melodía, ritmo y voz; llevaba los sonidos en el cuerpo… Sus quejidos se volvían risa al son de los tambores… Cuando yo todavía no sabía andar, me hacía danzar sentada, y apenas pude sostenerme sobre las dos piernas, me invitaba a perderme en la música, como en un sueño. Baila, baila, Zarité, porque esclavo que baila es libre… mientras baila me decía. Yo he bailado siempre.
Imagen: Días de aplomo


sábado, 30 de marzo de 2013

la gente que vibra...



Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla,
que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer
y que lo hace.
La gente que cultiva sus sueños
hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad
Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones,
la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño…

Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme.
La gente que tiene tacto.
Me gusta la gente que posee sentido de la justicia.
A éstos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica.
La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor.
La gente que nunca deja de ser aniñada.
Me gusta la gente que con su energía contagia…

La gente que lucha contra adversidades.
Me gusta la gente que busca soluciones.
Me gusta la gente que piensa y medita internamente.
La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen.
La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.
Me gusta la gente que tiene personalidad.
Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano
es intentar sacarse de la cabeza
aquello que no sale del corazón…

Imagen: Fotofabra

miércoles, 27 de marzo de 2013

una gran caza de brujas...


Hace mucho tiempo, el poder solucionó su intolerancia contra los comediantes expulsándolos del país. Actualmente, los actores y las compañías tienen dificultades para encontrar escenarios públicos, teatros y espectadores, todo a causa de la crisis. Los dirigentes, por tanto, ya no están preocupados por controlar a aquellos que les citan con ironía y sarcasmo, ya que no hay sitio para los actores, ni hay un público al que dirigirse. Por el contrario, durante el Renacimiento, en Italia, los gobernantes tenían que hacer un esfuerzo importante para mantener a raya a los Comediantes, pues reunían abundante público. Se sabe que el gran éxodo de cómicos profesionales tuvo lugar en el siglo de la Contrarreforma, que decretó el desmantelamiento de todos los espacios teatrales, especialmente en Roma, donde se les acusaba de ofender a la Ciudad Santa. En 1697, el Papa Inocencio XII, bajo la presión del ala más conservadora de la burguesía y de los máximos exponentes del clero, ordenó la demolición del Teatro Tordinona que, según los moralistas, había acogido el mayor número de representaciones obscenas. También durante la Contrarreforma, el cardenal Carlo Borromeo, activo en el norte de Italia, se consagró a la redención de los 'hijos milaneses', estableciendo una clara distinción entre el Arte, como la máxima expresión de educación espiritual, y el Teatro, la manifestación de lo profano y la vanidad. En una carta dirigida a sus colaboradores, que cito de memoria, se expresa más o menos así: "Los que estamos resueltos a erradicar las malas hierbas, hemos hecho lo posible por quemar textos que contienen discursos infames, para extirparlos de la memoria de los hombres, y al mismo tiempo perseguir a todos aquellos que divulgan esos textos impresos.  Pero, evidentemente, mientras dormíamos, el diablo maquinó con renovada astucia. ¡Hasta qué punto es más penetrante en el alma lo que los ojos pueden ver que lo que se puede leer en los libros! ¡Hasta qué punto más devastadora para las mentes de los adolescentes y niños es la palabra hablada y el gesto apropiado, que una palabra muerta impresa en un libro. Por tanto es urgente desterrar a las gentes de teatro de nuestras ciudades, como lo hacemos con las almas indeseables." Por tanto, la única solución a la crisis se basa en la esperanza de que se organice una gran caza de brujas contra nosotros y especialmente contra la gente joven que desea aprender el arte del teatro: Una nueva diáspora de comediantes que sin duda provocará beneficios inimaginables para un nuevo espectáculo.

domingo, 24 de marzo de 2013

ríos me atraviesan...


Ríos me atraviesan,
Montañas horadan mi cuerpo
Y la geografía de este país
Va tomando forma en mí,
Haciéndome lagos, brechas y quebradas,
Tierra donde sembrar el amor
Que me está abriendo como un surco,
Llenándome de ganas de vivir
Para verlo libre, hermoso,
Pleno de sonrisas.

Quiero explotar de amor
Y que mis charneles acaben con los opresores
Cantar con voces que revienten mis poros
Y que mi canto se contagie;
Que todos nos enfermemos de amor,
De deseos de justicia,
que todos empuñemos el corazón
Sin miedo de que no resista
Porque un corazón tan grande como el nuestro
Resiste las más crueles torturas
Y nada aplaca su amor devastador
Y de latido en latido
Va creciendo,
Más fuerte,
Más fuerte,
Más fuerte,
Ensordeciendo al enemigo
Que lo oye brotar de todas las paredes,
Lo ve brillar en todas las miradas
Lo va viendo acercarse
Con el empuje de una marea gigante
En cada mañana en que el pueblo se levanta...


jueves, 21 de marzo de 2013

tenían que encontrarse...


La música y la poesía tenían que encontrarse. Los acordes y los poemas, que por entonces ya eran un grito desgarrado de apasionados sentimientos no vividos ni experimentados, estaban condenados a fusionarse con la intención de convertirse en canciones. Aún así, la primera, compuesta a los catorce años, Cathaysa, y que cuenta la historia de una niña guanche capturada y vendida como esclava por los conquistadores castellanos, fue el resultado de la música que puse a unos versos de mi padre. Esto hace que de todas las canciones escritas en aquellos primeros años, y que fueron muchas, Cathaysa es la única que sobrevivió; de hecho fue grabada por Taller Canario y se convirtió en una de nuestras canciones más emblemáticas... Podría haberme decantado por la canción a secas de Nino Bravo, por el Reggae exótico de Bob Marley, o por el Rock elaborado y complejo de Robert Fripp… A los diez años, un profesor llegado a Tenerife desde Almería y de nombre Don Gabriel sería el responsable de encender el palo de tea con el que habría de guiarme. Nos enseñó a tocar la flauta dulce: Run Run se fue p’al zorte y un nombre más que añadir a la lista de los escuchados en casa: Violeta Parra y su enorme magisterio. Y finalmente, dos hechos más terminarían de dibujar el trazado de mi camino. Escuché en un bar y por casualidad una canción de Silvio Rodríguez: Te doy una canción. No se parecía a nada de lo que había escuchado hasta el momento. Era una canción de amor, con imágenes increíbles y versos llenos de luz y poesía. Una canción de amor a un país al que se le habla como a la persona amada y al que se le dice: Te doy una canción con mis dos manos, con las mismas de matar. Desde ese momento, todas mis canciones se parecían a las de Silvio, cantaba como Silvio y como Silvio, colocaba los pies uno sobre el otro como postura para empezar a cantar. El segundo hecho sucede cuando ya tengo quince años, tres o cuatro canciones y los acordes de Silvio adheridos a las cuerdas de mi guitarra. Otro profesor, esta vez de nombre Don Fernando, me habló de Lluís Llach: Gener 76. Las posibilidades que ofrece el mundo de la música, y más concretamente el mundo de la canción, son diversas. La vida, con sus quiebros y sus esquinas me fue haciendo propuestas y yo, niño aún, me dejé llevar...
Imagen: filoabpuerto

lunes, 18 de marzo de 2013

una fábrica de esperanza...


Somos aquellos que amasan
y no tenemos pan
Somos quienes sacan el carbón
y tenemos frío
Somos quienes no tienen nada
y venimos a tomar el mundo...

Tassos Livaditis 
(poeta griego, 1922-1988)


El inicio de actividades de la fábrica recuperada VIOME representa, dentro de la multitud de formas cooperativas de subsistencia y solidaridad en la Grecia de la crisis, el primer proyecto europeo de producción autogestionada por los trabajadores. Doce de febrero de dos mil trece, siete de la mañana. Una marcha de miles de personas llega frente a la fábrica ocupada VIOME de Salonicco, una ciudad industrial del norte de Grecia. Adentro hay cuarenta trabajadores que desde la mañana comenzaron una nueva forma de producción y de auto-organización. Los trabajadores, reunidos en una asamblea, decidieron ocupar la fábrica, formar una cooperativa y administrarla bajo el control democrático de los obreros. Los pilares son la justicia social, la solidaridad y la auto-organización. Con esta iniciativa no sólo han encontrado la posibilidad de escapar al chantaje que significan las medidas de austeridad impuestas a Grecia; también mandan una señal de esperanza, de unión y de posibilidad en un país que tiene más de dos millones de personas desempleadas -y la cifra va en aumento- y donde las condiciones de vida y de trabajo rayan en la desesperación. La idea es que se generalice y difunda en todas las fábricas y en todos los lugares de trabajo. Como afirman en su comunicado, “sólo a través de una red de fábricas autogestionadas la VIOME será capaz de iniciar y señalar el camino hacia una organización diferente en la organización y en la economía”. la solidaridad, la construcción de una red con otras experiencias de cooperativismo nacidas en los últimos años y la multiplicación reciente en Grecia son el único modo de iniciar un nuevo modelo de desarrollo. Este es el reto... la Grecia de la dignidad y de la justicia social experimenta la posibilidad del control directo y de la autogestión de los medios de producción. El asociacionismo y las asambleas populares, dos formas de autogestión nacidas y crecidas en las luchas de la plaza Syntagma, han desplazado a los grandes distribuidores transformando a los mercados, que ahora ya no tienen intermediarios y son formas verdaderas de aprovisionamiento alimentario. Los precedentes nos llevan sin duda alguna al pasado de los obreros italianos en los años setenta del siglo pasado, o más recientemente a Argentina: Bienvenidos al país fantasma globalizado. Estamos en Argentina, pero podríamos estar en cualquier lado. Fábricas abandonadas, grietas en el cemento, maquinaria oxidada. Pero entre los escombros crece algo, se regresa al trabajo. De hecho, la gente es la que lo retoma. El nuevo lema es: ocupa, resiste, produce. Somos el espejo en el cual se deben ver, el error que deben evitar. Argentina es la tierra desolada que queda de un país globalizado. Somos hacia donde va todo el mundo (del documental The Take de Naomi Klein).

Laura Spont
Imagen: argia

miércoles, 13 de marzo de 2013

hacernos ver...


Tiene 49 años aunque, por lo vivido, bien pudiera tenerlos todos. Todos son también los años que lleva vinculada a la caña de azúcar. Alfamir Castillo es hija de cortero de caña. Y esposa de cortero de caña. Y hermana de corteros de caña. Y el 90 por ciento del municipio donde vive (Pradera) depende de la caña. Y es la presidenta del comité Mujeres de Corteros de Caña. Y es que, la vida de Alfamir Castillo no se entendería sin la caña de azúcar. Mi día a día es mucho más duro que el de una mujer que no esté relacionada con la caña. Ellas no se levantan a las tres de la mañana. Nosotras lo hacemos para preparar la comida de nuestros compañeros y no nos acostamos, seguimos con nuestras tareas. La situación de la mujer colombiana ha empeorado. Los horarios se ampliado y los salarios se han mantenido o incluso han bajado con respecto al nivel de vida. El deterioro del pago del corte de caña es enorme. Antes un trabajador de caña podía ir a recrearse con su familia. Ahora no se puede hacer, primero, porque no hay plata y, segundo, porque no hay tiempo. Después está el no reconocimiento a las familiares de corteros, cuando en realidad la mujer está todo el día afectada por el corte de caña. El trabajo directo de las mujeres es la excepción. Y las pocas que hay son mujeres invisibilizadas. No cortan caña como lo hacen los hombres pero sí cortan la semilla y la siembran. Incluso nuestros compañeros nos dicen que es más duro cortar la semilla que cortar caña larga. Una mujer que se dedique a cortar o a sembrar semillas no llega al mínimo mensual mientras que un hombre sí suele llegar. Sólo por el hecho de ser mujeres nuestro trabajo está peor remunerado. El 8 de septiembre de 2008 el sector de corteros de caña decidió parar. No era la primera vez pero sí fue la más duradera. Y la ocasión en la que las mujeres decidieron levantar la voz… Ninguna nos imaginábamos que el paro iba a durar cerca de tres meses. Muchas de nosotras decidimos sacar una carta, pues se oían muchos rumores que no eran ciertos con respecto a los trabajadores, nuestros esposos, hermanos y padres. Se decía que no querían trabajar, que pedían mucho, que exigían cosas imposibles… decidimos que teníamos que decir a la gente por qué realmente estaban en paro y lo que pedían. Fuimos nosotras porque ellos estaban en los ingenios bloqueando las diferentes entradas, para que ni entraran ni salieran mulas con caña. No les quedaba tiempo de hacer otra cosa. Y considerábamos que nosotras podíamos tomar la iniciativa. En las casas se estaba viviendo necesidad de comida. Era la primera vez que las mujeres salían al frente y causó mucha sorpresa. Estábamos invisibilizadas y decidimos hacernos ver.

sábado, 2 de marzo de 2013

el lugar de mis canciones…


En una esquina de la casa descansaba una guitarra, y Papá, de vez en cuando, cantaba. Su voz era profunda, hermosa, y si cerrabas los ojos y te abstraías de sus escasos recursos como guitarrista, podías llegar a pensar que estabas escuchando a Eduardo Falú: El día que me quieras, Tonada de un viejo amor, Noche de ronda, Contigo en la distancia…Una biblioteca entera llena de libros y un mueble con discos: Música Clásica, sobre todo. La grandeza de la Música Sinfónica no la supe apreciar hasta mucho después; lo mismo sucedió con la poesía de Garcilaso. Aún así, hay dos discos que rayé de tanto uso: La consagración de la primavera de Stravinsky y Concierto para piano y trompeta de Shostakovich. ​En el mueble de los discos había un rincón que, curiosamente, no destilaba el aroma, mezcla de arrogancia adulta y seriedad intelectual, de la Música Culta. En esa sección, que podríamos llamar de Música Popular, descubrí un día seis o siete discos que, sutilmente y sin aspavientos, empezarían a situar la huella de mis pies en el trazado de un camino… Preguntitas sobre Dios de Atahualpa Yupanqui, Hacia la Vida de Chavela Vargas, Te Recuerdo Amanda de Víctor Jara, Un Grandes Éxitos de Mercedes Sosa, Un disco sin título de Joan Manuel Serrat, Jorge Cafrune… Y dos recopilatorios de un festival que pienso aún se celebra en Argentina y que se llama Cosquín. ​La guitarra, la voz de mi padre, la familia que cuando se reúne canta y esos pocos discos manoseados una y otra vez por un niño curioso son el solar sobre el que un día construiría el lugar de mis Canciones… Tendré dragones verdes mirando en otros ojos, da igual si son rebeldes o tienden al reposo. Serán dragones verdes más claros, más oscuros. Saldrá de nuevo el sol y de eso estoy seguro.
 Imagen: GdeFon