jueves, 29 de noviembre de 2012

de mariposas y nubes...

Por fin un crítico sagaz reveló
(ya sabía yo que iban a descubrirlo)
que en mis cuentos soy parcial
y tangencialmente me exhorta
a que asuma la neutralidad
como cualquier intelectual que se respete

creo que tiene razón
soy parcial
de esto no cabe duda
más aún yo diría que un parcial irrescatable
caso perdido en fin
ya que por más esfuerzos que haga
nunca podré llegar a ser neutral…

… de manera que
como parece que no tengo remedio
y estoy definitivamente perdido
para la fructuosa neutralidad
lo más probable es que siga escribiendo
cuentos no neutrales
y poemas y ensayos y canciones y novelas
no neutrales
pero advierto que será así
aunque no traten de torturas y cárceles
u otros tópicos que al parecer
resultan insoportables a los neutros

será así aunque traten de mariposas y nubes
y duendes y pescaditos
 


 

lunes, 26 de noviembre de 2012

volviendo poco a poco a la vida…


Por fuera, el colegio Cerro Guayaquil, en Monte Patria (Chile), parece un colegio normal. Pero por dentro no es como los otros. Suena música detrás de una puerta. Dentro, un grupo de alumnos afina sus instrumentos. Cuando estoy muy enojado, toco, cuenta Manuel mientras limpia su trombón, y enseguida consigo que se me quite eso malo de dentro. El profesor les pide que saquen las partituras del día anterior. Creo que la música te ayuda mucho cuando estás mal, opina. A mí, por lo menos, me sirve para que se me pase el estrés por las notas y me hace olvidar todos los problemas. Manuel tiene 14 años y forma parte de la banda instrumental de la escuela. El centro, situado en uno de los sectores más vulnerables del lugar, vio en el arte una apuesta clave para la educación de estos jóvenes. El contexto en el que viven, de droga, violencia y disfunción familiar, es muy complicado, explica Roberto Newman, uno de los profesores. Pero yo tengo mucha fe en que la mayoría de estos chicos va a cambiar su forma de ver el mundo, van a ver y sentir lo que otros no pueden, y eso les va a convertir en personas felices y buenas. Unas aulas más allá, otro grupo ha sacado sus lápices y van dándole color al papel blanco que les entregó la profesora. La pintura es la manera que tenemos de expresar nuestros sentimientos, explica Viviana, una alumna de 10 años, mientras la maestra se va paseando por los pupitres. Cuando pintamos, le contamos nuestros problemas al papel; y al hacerlo, los problemas desaparecen. Cuando este colegio abrió sus puertas, hace diez años, el grado de violencia entre los niños era muy elevado. Pero cuando comenzamos con la actividad artística, la agresividad disminuyó de forma extraordinaria, asegura Ricardo Aguilera, profesor de la banda escolar. Al otro lado, Ana María y Brenda se visten con una túnica larga y verde. Es el uniforme del coro. A mí me gusta cantar porque me relaja, cuenta una de ellas. Las dos terminan de colocarse el atuendo. Yo me siento libre cuando canto. Y continúan hablando sobre lo que significa para ellas cantar y pertenecer al coro de la escuela. A mí me ayuda a expresarme. A mí, a sentirme segura. Claro, te sientes apoyada por el grupo. Sí, siento que la música nos une. La unión, la confianza, la autoestima y el bienestar emocional son algunos de los aspectos que el colegio trabaja desde el arte. Para estos niños tiene más sentido venir al colegio, asegura el director. Porque para ellos, tocar un instrumento, cantar, bailar o pintar son momentos felices. Antonio Moreno, el coordinador artístico del colegio, concuerda con él. Y añade: El arte favorece el desarrollo integral de una persona, por eso debería ocupar más espacio en la educación. Porque los niños aprenden a expresar sus sentimientos a través de la música, del dibujo, del teatro, del baile… del arte. Y eso es lo que nos vuelve mejores personas. Sin embargo, las horas de educación artística son cada vez menos. Los colegios nos hemos convertido en empresas, y la educación, en un producto de consumo más; ahora necesitamos logros que se puedan medir con números, y fabricar profesionales que sirvan al modelo de consumo. El arte no entra en los planes que el sistema tiene para nosotros… Y mientras, la música, la pintura, las danzas y los cantos de los niños continúan...
Isabel Sánchez Benito

domingo, 25 de noviembre de 2012

arroyo libre…

No soy la espina que se nutre en tu rosal
Ni soy arena que tus pies puedan pisar
No soy la palabra que tú puedas sellar
Ni soy silencio que debas interpretar
Que no soy sueño para tu despertar
Ni soy un viento que tú puedas amansar
Que soy la cumbre que no llegas a alcanzar
Soy precipicio, soy mi propia oscuridad

Ni afluente de tu río, ni barca a la deriva soy
Soy arroyo libre, que cantando va buscando el mar

No soy tu sombra que está por dibujar
Yo sola, sola, puedo navegar
Que soy la cima que no llegas a escalar
Que soy el bosque que no sabes caminar
No soy el valle que tengas que dominar
Ni soy cosecha que tú puedes agostar
Soy geografía que te puede avasallar
Yo soy la isla donde vas a naufragar

Ni afluente de tu río, ni barca a la deriva soy
Soy arroyo libre, que cantando va buscando el mar

Imagen: fercalvet

sábado, 24 de noviembre de 2012

algo entró en mi corazón…



Mis abuelos sólo hablaron diitxazá. Mi madre y mi padre aprendieron ya grandes y a golpes el español. Cuando nací, ellos quisieron darme un idioma que me facilitara habitar el mundo, así que en casa sólo me hablaban en español; pero apenas cruzaba el corredor, la vida estallaba en zapoteco: los niños, los juegos, las mujeres vendedoras de frutas y dulces, los hombres que volvían del campo tonel maíz en las carretas jaladas por una yunta de bueyes; los que cargaban los estos con peces que aún sacudían las escamas o traían en hombros tortugas marinas que cabalgábamos por el Callejón de los Pescadores. Cada mañana en flor despertaba con el diitxazá hecho canto y anuncios de comidas y sucesos importantes a través de los altavoces (hasta hoy efectivo sistema de comunicación y comercialización). Así aprendí a soñar y a reír en zapoteco, aprendí a mover mi pensamiento de un idioma a otro, como cambiar de canal. Mi madre y mi padre entonces alimentaron mis dos lenguas, y mi hogar y mi vida fueron desde entonces bilingües. Más tarde extendí las alas sobre ajenas tierras, me escuché hablando en un solo idioma y un zopilote llamado nostalgia me abrazó; así que para impedir que mi corazón se marchitara empecé a hacer poemas que leía al viento para no olvidar el sonido del diitxazá y escribía en español para que otros supieran lo que yo quería decir. Aunque, en realidad, cuando invento poemas prefiero hacerlo primero en diitxazá, porque esta lengua es de por sí metafórica: cuando uno dice biuladxe quiere decir “algo entró en mi corazón”, y en español sólo decimos “me gustó”, Cuando decimos siado guie para referirnos a la primera hora del día, lo que estamos diciendo es “mañana en flor”. Para decir “vida” utilizamos la palabra guendanabani, que significa “el don de la vida”, la esencia de la vida. Así pues cuando hablamos en zapoteco estamos siempre creando poemas. Ahora, después de algunos años, he retornado a mi origen, escucho de nuevo cómo la vida estalla en diitxazá y mi corazón se alegra. Pienso entonces que no puedo concebir el mundo, la vida, el pensamiento, los sueños, en un solo idioma, que todo es mucho más rico y hermoso para mí porque puedo decir poemas, verdades y mentiras, puedo jugar, cantar, soñar, sentir, pensar, amar y muchas cosas más en mis dos lenguas.
Imagen: xatakaciencia
 

lunes, 19 de noviembre de 2012

una escuela para Alicia...…

Entre las consecuencias irreparables que produjo la larga impunidad para los crímenes del terrorismo de Estado que sufrió el pueblo argentino en los 70, es que casi ningún dato es seguro. Por eso, aunque hubo un juicio y una condena, no tenemos la rigurosa certeza de la fecha de la muerte de Alicia López Rodríguez de Garraham, maestra rural, militante de las Ligas Agrarias, apresada en la ciudad de Santa Fe y llevada al centro clandestino La Cuarta. No conocía a Alicia antes de aquel 16 de octubre de 1976. No compartí militancia ni lecturas; ni siquiera pertenecíamos a la misma organización aunque éramos -sin ninguna duda- compañeros en el sentido más profundo del término. Compañeros en eso de soñar y luchar por la liberación popular y social. Compañeros en eso de ponerle el cuerpo a la vida, no importan las circunstancias que sean y aunque no puedo recordar mucho, por algo más de un mes -pared por medio, a veces con capucha y veces no- nos abrazamos en el aire y construimos palabras que quebraban la orden fascista del No hablarán entre si. Por ello, es obvio que no tengo derecho alguno a reclamar nada en nombre suyo pero si tengo el deber de hacerlo y eso vengo a hacer con este texto. No pido mucho. Aunque estoy convencido que la muerte de Alicia es el último resultado de una larga cadena de acciones de un sistema de estado para exterminar militantes populares, cadena de cómplices que se puede reconstruir siguiendo las cadenas de mando del Ejercito, la Policía y sus servicios de Inteligencia, no vengo a reclamar que se juzgue a todos y a todas las que participaron en el dispositivo que configuró, permitió y ejecutó la muerte de Alicia. Hoy no. Solo pido dos cosas que estoy casi seguro que hubieran agradado a Alicia. Una escuela para Alicia es casi lo mínimo que podemos pedir y casi no le cuesta nada a nadie. Es más, es una práctica de relativa extensión en todo el país y yo mismo participé en el cambio de nombre de una escuela de Avellaneda (la de la provincia de Buenos Aires) que se llamaba Policía Federal y los niños votaron que cambie de nombre y ahora se llama Floreal Avellaneda, en honor a aquel militante de quince años asesinado por un grupo de tareas de Campo de Mayo en abril de 1977. Y una cosa más. Que se cumpla la ley y no haya presos sociales en la celda donde Alicia estuvo secuestrada en aquellos días terribles de 1976. Como militante por los derechos humanos exijo que ya es hora de terminar con tratar a los presos sociales como basura y es hora de respetar sus derechos humanos; que ya es hora de terminar con una concepción del encierro carcelario que se funda en la larga tradición de inquinidad: desde el lejano modo en que la Inquisición trataba a sus presos hasta las condiciones que Mario Facino y sus cómplices imponían en aquella Cuarta del 76… Envío este mensaje como una botella al mar para que todas y todos los que compartan la idea de una escuela para Alicia, lo digan en voz alta, lo escriban a los legisladores y a las autoridades de los ministerios de educación y de justicia y de derechos humanos.
José Ernesto Schulman
Imagen: claim



domingo, 18 de noviembre de 2012

el pájaro vendrá...

El día en que el diabólico ciclón se propagó tiránico.
El día en que las costas salvajes arrojaron
el oscuro diluvio
contra la tierra buena y verde,
gritaron (y a través de los aires, sus "albricias"
resonaron por todas las agencias):
Ha caído el árbol.
El poderoso tronco está aplastado.
Ya, ni asomo de vida para el árbol
dejó la tempestad.
El árbol ha caído....
¡Perdón, rojos arroyos!
¡Perdón, raíces regadas
con el vino que sangran los cadáveres!
¡Perdón, raíces árabes,
hundidas como rocas en la entraña,
y que cada vez más os entrañáis!
El árbol se alzará.
El árbol se alzará, y sus ramas,
al sol, irán creciendo;
en risa verdeciendo, y en hojas,
cara al sol.
Y el pájaro vendrá,
no tiene más remedio que venir.
El pájaro vendrá.
El pájaro vendrá.
Imagen: nodo50


sábado, 17 de noviembre de 2012

un día de éstos...

Un día de estos amor habrá que hacer algo
quizá colgar nuestra rabia de la fachada de la catedral
para que vean en lo que nos han convertido
habrá que salir de casa y ponerse a repartir flores
que la calle está gris este dos mil once
o quizá sea bueno también
cobrarles el saldo por ser sus marionetas
por esta sociedad enferma de departamentos de reclamaciones
y juzgados con despachos turbios y maltratos a los inocentes
y por los manos vacías y por dictarnos nuestros sueños
salir a la calle y portar en nuestras manos
las antorchas de la buena voluntad
o dejarse de remilgos y aprender a dar alguna hostia
si el que cruza la calle es presidente de algún banco o patronal
quizá un alcalde.
Tendremos que tirar nuestra vida contra sus ventanas
pelearles con la luz de la alegría
y tirar con fuerza desde sus corbatas
reclamarles que nos devuelvan la hierba y el pan de hoy
para que llegue un viernes en que el mundo se rehaga
y en la dignidad de los derrotados retumben los ruegos de caridad
de quienes tantos años nos robaron.
 
Imagen: Banksy

jueves, 15 de noviembre de 2012

la vida en el pelo…



Por mucho negro que crucifiquen o cuelguen de un gancho de hierro atravesado en las costillas, son incesantes las fugas desde las cuatrocientas plantaciones de la costa de Surinam. Selva adentro, un león negro flamea en la bandera amarilla de los cimarrones. A falta de balas, las armas disparan piedritas o botones de hueso; pero la espesura impenetrable es la mejor aliada contra los colonos holandeses. Antes de escapar, las esclavas roban granos  de arroz y de maíz, pepitas de trigo, frijoles y semillas de calabazas. Sus enormes cabelleras hacen de graneros. Cuando llegan a los refugios abiertos en la jungla, las mujeres sacuden sus cabezas y fecundan, así, la tierra libre.

Eduardo Galeano 
Imagen: BBCMUNDO

martes, 13 de noviembre de 2012

nos vemos en las calles...

Imagen: Cancioneros

mientras nos damos...



Escribir para darle forma al mundo,
Para delinear el perfil de la lágrima,
La tristeza del árbol cortado.

Escribir para despojarnos de la mañana recién nacida,
Para irnos desnudando del dolor y la alegría,
Para re-vestirnos otra vez, del sol, del mar,
De la pareja que inspira ternura sin saberlo.

Ir deshaciéndonos del propio cuerpo,
Sustituirlo por otros cuerpos que viven
Y sienten en nosotros,
Compartir la angustia, la risa, el pan
Con los seres que creamos, con el mundo
Que nos alimenta sin saberlo
Mientras nos damos,
Mientras sentimos cada día con más fuerza
La necesidad de vomitarnos,
De darnos completamente,
De morir para abonar la tierra
Que de nuevo alimentará nuestras raíces.

domingo, 11 de noviembre de 2012

canta viento…

De rodillas en el suelo, unta con cemento la parte trasera de unas baldosas marrones. Una a una, las va colocando sobre la pared. No es muy difícil, asegura, sin dejar de prestar atención al trabajo que tiene entre manos. Aprendí a hacerlo observando a un señor que vino a mi casa para arreglar el suelo. Al cabo de un rato, mira su obra inacabada y añade, me gustan los colores vivos; hacen que la vida resulte alegre. Jimena Basualto es una mujer de 42 años que vive en Monte Patria, un pueblo de 6.000 habitantes que queda al interior de la cuarta región chilena.  Dejó sus estudios a los 17 años porque, explica, nunca le interesó estudiar. Pero aprender sí, aclara. Siempre me ha gustado demostrarme a mí misma todo lo que soy capaz de hacer. Y siguiendo este impulso suyo por aprender y superarse, se embarcó hace dos años en un proyecto de vida bien ambicioso para alguien que no tiene nociones de construcción, bromea, divertida. Pero aun sin tener mucha idea de construcción y con pocos recursos, Jimena da alas al primero de sus sueños: ‘Canta Viento’, un restaurante construido únicamente a partir de material reciclado. Muchos me decían que lo que yo quería hacer no tenía ni pies ni cabeza. Pero poco a poco fui perdiendo el miedo a que me tomaran por loca y me centré en lograr lo que quería lograr.  Y cuando lo consigues, tomas impulso para hacer cada vez más cosas fuera de lo establecido. Es maravilloso. Una se siente como un niño. Y mirando hacia el horno recién construido, un cubo de latón cubierto con una mezcla de barro y botellas de vidrio molidas, añade: Yo sé que la niña que fui nunca se fue. Por eso hago estas cosas, porque no tengo miedo de crear ni de soñar…  igual que un niño. Y es que Jimena, en lugar de rendirse ante la falta de recursos, echó a volar su imaginación y decidió sacar su sueño adelante de todas formas. Así, comenzó a hacer uso de todo lo que los demás desechaban. La parte más fácil era encontrar los desechos. Chile genera más residuos que cualquier otro país latinoamericano, y muchos de ellos van a parar a los llamados “vertederos clandestinos”, uno de los grandes problemas medioambientales del país. Entonces, vuelve la cabeza hacia las baldosas que está untando con cemento y comienza a tararear un tema de Alberto Cortez. Se llama ‘Castillos en el aire’. Es mi canción preferida”, explica antes de comenzar a cantar… Quiso volar igual que las gaviotas, libre en el aire, por el aire libre… Y los demás dijeron ‘¡pobre idiota, no sabe que volar es imposible!’ Pero él alzó sus sueños hacia el cielo y poco a poco fue ganando altura. Y los demás quedaron en el suelo, guardando la cordura…


 

miércoles, 7 de noviembre de 2012

un jardín en la cabeza…

Yo no puedo evitar
indignarme al pensar

el peaje que tiene la vida.

Cada vez cuesta más

y es preciso encontrar

una alternativa.


Y me cuesta aceptar

que haya que conservar

un sistema que nadie disfruta.

Es un mundo infeliz,

inviable y hostil

y se pasan putas.


Es lo que hay, me dice mucha gente,

nunca será de modo diferente.

Ya te cansarás de darte con la pared

dura y resistente.


Que es mentira o verdad

y el color del cristal

lo deciden en los multimedia

y en el cuarto de atrás

muere la realidad

si nadie lo remedia.


Me da angustia vital

en que manos está

el gobierno de nuestro planeta

yo no quiero bailar

en la aldea global

como una marioneta.


Porque soy un tipo inteligente

que probó el agua de otra fuente

no consentiré que arranquen de mi jardín

flores de la mente


No pretendo trepar,

engañar, ni dejar

mil cadáveres por el camino

hace mucho que ya

dejé de comulgar

con ruedas de molino.


Y al mirar hacia atrás

relajarme y pensar

si el esfuerzo ha valido la pena

la respuesta es que sí

que me gusta vivir

libre y sin cadenas
 

martes, 6 de noviembre de 2012

la resistencia del pueblo de Atenco...



Traigo el sentir de mi pueblo de Atenco, donde la herida se mantiene abierta, dijo Trinidad Ramírez, del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), durante una reunión que sostuvieron integrantes del Movimiento por la Paz con los entonces candidatos a la presidencia de la República, en el Castillo de Chapultepec. Atenco, la herida se mantiene abierta, el nuevo documental del cineasta Alberto Cortés, es una historia que tiene como columna vertebral el testimonio de Trinidad Ramírez, esposa, madre, campesina, luchadora, una mujer que cuando encarcelaron a los principales dirigentes del Frente de Pueblos asumió no sólo la lucha por su liberación, sino la continuación del movimiento. Hace más de diez años comenzó la historia de la resistencia del pueblo de Atenco. En el 2000 los gobiernos local y federal iniciaron la gestión para construir un aeropuerto alterno al de la Ciudad de México y fueron expropiadas cerca de 5 mil hectáreas de tierra mexiquense. El FPDT se creó para evitar la construcción y luego de múltiples demostraciones en rechazo, en defensa de sus tierras, el proyecto se dio por cancelado en agosto del 2001. Años después, en 2006, llegó la venganza del Estado contra un pueblo que se atrevió a desafiar un decreto presidencial… se desató un enfrentamiento, durante el cual un joven fue asesinado. Al día siguiente, más de tres mil policías entraron armados a San Salvador Atenco. Fue una represión brutal y cobarde... Posteriormente, la mayoría de los detenidos fueron recluidos de manera ilegal en el Penal de Santiaguito y a 172 de ellos se les dictó auto de formal prisión por diversos delitos. Entre los detenidos se encontraba Ignacio del Valle, compañero de Trinidad y uno de los dirigentes del movimiento contra el proyecto aeroportuario, quien fue aprehendido y condenado a 112 años de prisión en una cárcel de alta seguridad. Trini se convirtió en la voz del FPDT. Su lucha trascendió a la mujer que busca la libertad de su marido, pero sobre todo era una mujer que hablaba con la verdad, su palabra resultó verdadera, esto es un valor que pasa por los sentidos y si le sumamos las razones de su protesta nos encontramos con un discurso de una fuerza y claridad inusitados. El Frente se ha convertido en un referente importante para las luchas, protestas y movimientos sociales que en México trabajan por una sociedad más justa, han sabido encauzar su protesta con imaginación y creatividad política, inusuales en el contexto actual. Es un movimiento exitoso y ejemplo a seguir para muchos otros pueblos que comparten con Atenco la rebeldía contra la injusticia que reina en éste país. La herida se mantiene abierta es un documento fílmico contra el olvido, para alimentar la memoria y decir junto con los atenquenses, que sí se pueden ganar espacios para la autogestión y la libertad para decidir nuestro destino.

domingo, 4 de noviembre de 2012

hay una luz en Tuntuni…

Tuntuni es una niña de dieciocho años que vive en la casa de las niñas mayores, el año pasado no la conocí... los médicos que vinieron en febrero me hablaron de ella... tenía un problema en la piel que se le trató en el hospital... contaban que era una niña muy retraída con quizá algún retraso o problema de autismo... Un día cualquiera vamos a la casa de las niñas a hacer pulseras... en una urgencia de baño... subo corriendo las escaleras y allí esta... es de noche y casi no hay luz... Tuntuni está sentada en su cama pegada a la ventana... me acerco a ella y la saludo... no me mira... tiene los ojos llorosos... y no se mueve ni contesta a nada... al día siguiente le pido a una de las voluntarias psicólogas que me acompañe a verla... llegamos allí y está en la misma postura en el mismo sitio del día anterior... nos sentamos con ella e intentamos interaccionar un poco... es muy difícil... saco el informe de los médicos para leerlo y veo una foto de ellos con la niña en el Hospital... Tuntuni no ha dicho ni una palabra en toda la tarde... pero le enseño la foto... y con los ojos rojos y llorosos nos dice... con una sonrisa en la cara.... hospital. Tuntuni… no era una niña cualquiera, era nuestra Tuntuni, una niña especial, que ha vivido muchos años aislada de todo, con un problema dermatológico grave que hemos seguido estos dos últimos años con diferentes especialistas sin haber conseguido llegar a un diagnóstico claro. Era una niña con la que hemos trabajado no solo sus problemas dermatológicos, sino también su autonomía personal, su interacción social, su lenguaje y su comunicación que eran prácticamente nulos… Una niña con la que hemos llorado… hemos reído… nos hemos emocionado y a la que hemos querido y querremos y tendremos siempre con nosotros… Se nos fue Tuntuni y llevamos varios días con el corazón y la cabeza en Kobardanga… Estamos muy lejos de ellos pero estamos allí… con el Brother, con el resto de niños… ¿Por qué India?… ¿Por qué Kobardanga…? Y lo hablaba con Manuel Cuesta¿Por qué? Por esto mismo… por que una fiebre en muchos lugares del mundo se hace incontrolable y mata… por que hay muchos lugares en el mundo donde enfermedades que aquí ni si quiera conocemos acaban con las vidas de mucha gente... por que hay niños que no tienen a nadie y nos necesitan… Por eso proyectos como este… como Hay una Luz, como tantos otros, de tantas otras Asociaciones que luchan por la igualdad de oportunidades para todos… merecen la pena… y hay que pelear por ellos… La LUZ de nuestro proyecto… nuestro villancico solidario esta ahí ya… y vamos hacia ella… por Tuntuni, por los niños y niñas de Kobardanga… de Calcuta… de cualquier punto de este mundo injusto…
Imagen: Mar Blanco


sábado, 3 de noviembre de 2012

hilvanando dignidad…

Cuando los pueblos se lanzan a la lucha no calculan las relaciones de fuerzas en el mundo. Simplemente pelean. Si antes de hacerlo se dedicaran a examinar las posibilidades que tienen de vencer, no existirían ni los movimientos antisistémicos ni la multitud de levantamientos, insurrecciones y resistencias que están atravesando el mundo y nuestra región. Los y las de abajo nunca actuaron con base en la racionalidad instrumental, como suelen creer los cientistas sociales y los analistas que ven el mundo desde arriba. La gente común aplica en su vida cotidiana, de la que forman parte tanto las resistencias como los levantamientos, una racionalidad otra, hilvanada de indignaciones, sufrimientos y gozos, que los lleva a actuar con base en su sentido común de dignidad y ayuda mutua. Los cálculos racionales, eso que cierta izquierda ha dado en llamar la correlación de fuerzas, no forman parte de las culturas del abajo. Pero tampoco se ponen en acción de forma mecánica, espontánea como gusta juzgar despectivamente los profesionales de la revolución, sino en consulta con otros y otras que comparten los mismos territorios en resistencia. Ahí sí, evalúan y analizan, teniendo en cuenta si ha llegado el momento de lanzar nuevos desafíos. Lo que suele ocupar el centro de sus análisis es si están capacitados para afrontar las consecuencias del desafío, que siempre se miden en muertos, heridos y cárcel. En suma, los de abajo se lanzan a la acción luego de evaluar cuidadosamente la fortaleza interior, la situación de sus propias fuerzas y no tanto las relaciones entre los arribas y los abajos que, salvo excepciones, siempre son desfavorables. Siempre es necesario conocer los escenarios en los que actuamos y de modo muy particular las tendencias de fondo que mueven el mundo en un periodo de especial turbulencia. Si acordamos que el sistema-mundo en el que vivimos está atravesando un periodo de cambios profundos y los modos de dominación mutan con cierta rapidez, seguir el rastro de dichas mutaciones es tan importante para el militante como el reconocimiento del terreno lo es para el combatiente. Siempre que se reconozca que la forma adecuada de conocer es la transformación, la acción y no la contemplación. Una parte de la última camada de movimientos ha perdido su autonomía política e ideológica en este nuevo escenario. Al apostar al mal menor como atajo ante el cúmulo de dificultades en nuestros territorios, los antiguos referentes se convirtieron en administradores estatales sensibles a los problemas de los pobres. En el mejor de los casos, buscan amortiguar los efectos del modelo, pero en todos los casos lo hacen sin cuestionarlo, porque ya se integraron en el mismo… Hemos ingresado en un periodo turbulento marcado por la militarización del planeta y los conflictos armados en gran escala. A los de abajo nos toca enfrentar el mayor desafío imaginable: defender la vida ante el proyecto de muerte de los de arriba. Confío en que en los momentos de caos sistémico no perdamos la brújula y mantengamos el timón firmemente orientado hacia la construcción y reconstrucción permanentes del mundo nuevo.


Fuente: Rebelión
Imagen: pinsta

viernes, 2 de noviembre de 2012

la libertad de los átomos…

– Vamos a ver, tío: ¿así que tú piensas que, cuando uno hace lo que quiere, lo que pasa es que no sabe lo que quiere?, que, cuando yo y los compañeros cantamos que viva la libertad y luchamos contra el Poder por la libertad, ¿nos hacemos ilusiones?, ¿que no hay libertad en el mundo? – Venga, Rosa, siéntate un poco. Fúmate este purillo, que huele a bueno. – Pero responde, tío: ¿no hay libertad? – ¿Cómo voy a decirte eso, Rosa, si me he pasao la vida negando eso? Claro que hay libertad. – ¿Y? – Lo malo es tenerla. – ¿Cómo? – Creer que es cosa de uno, como las otras cosas que tiene. Tal vez es que no os alegráis con la poca que haya. – Claro que no, tío: siempre más. – Y en eso ya se parece al dinero, ya ves qué pena. – Ya. Y entonces, ¿dónde está?, ¿qué es? – Tú ¿no estabas estudiando Física o algo así? – Estaba. Y ¿qué? No irás ahora a fiarte de la Ciencia, que está al servicio del poder. – No. Pero resulta que algunos de los cuánticos han debido de trastornarse un poco, y hasta piensan que, si uno es libre de levantarse, o no, a tomar un vaso de agua, igual de libres hay que declarar a los fotones, por ejemplo. – ¡Ja! O sea aplicarles a las pobres partículas la condición humana. – Quizá al revés: que los hombres aprendan a ser algo humildes con su libertad. – Ya: porque ésa de los fotones consiste en la incertidumbre, ¿no?, que en un punto el fotón tira a la izquierda o a derecha sin saber por qué. – Eso; y ya lo cantaba el pobre Lucrecio: que no todo se haga por choque de un átomo con otros ni por su propio peso: que hay algo más. – Que es… – Eso: el no saber qué: la duda, la incertidumbre: eso es la libertad. Y si te parece poca…

Agustín García Calvo
Imagen: siempre la negra