lunes, 18 de marzo de 2013

una fábrica de esperanza...


Somos aquellos que amasan
y no tenemos pan
Somos quienes sacan el carbón
y tenemos frío
Somos quienes no tienen nada
y venimos a tomar el mundo...

Tassos Livaditis 
(poeta griego, 1922-1988)


El inicio de actividades de la fábrica recuperada VIOME representa, dentro de la multitud de formas cooperativas de subsistencia y solidaridad en la Grecia de la crisis, el primer proyecto europeo de producción autogestionada por los trabajadores. Doce de febrero de dos mil trece, siete de la mañana. Una marcha de miles de personas llega frente a la fábrica ocupada VIOME de Salonicco, una ciudad industrial del norte de Grecia. Adentro hay cuarenta trabajadores que desde la mañana comenzaron una nueva forma de producción y de auto-organización. Los trabajadores, reunidos en una asamblea, decidieron ocupar la fábrica, formar una cooperativa y administrarla bajo el control democrático de los obreros. Los pilares son la justicia social, la solidaridad y la auto-organización. Con esta iniciativa no sólo han encontrado la posibilidad de escapar al chantaje que significan las medidas de austeridad impuestas a Grecia; también mandan una señal de esperanza, de unión y de posibilidad en un país que tiene más de dos millones de personas desempleadas -y la cifra va en aumento- y donde las condiciones de vida y de trabajo rayan en la desesperación. La idea es que se generalice y difunda en todas las fábricas y en todos los lugares de trabajo. Como afirman en su comunicado, “sólo a través de una red de fábricas autogestionadas la VIOME será capaz de iniciar y señalar el camino hacia una organización diferente en la organización y en la economía”. la solidaridad, la construcción de una red con otras experiencias de cooperativismo nacidas en los últimos años y la multiplicación reciente en Grecia son el único modo de iniciar un nuevo modelo de desarrollo. Este es el reto... la Grecia de la dignidad y de la justicia social experimenta la posibilidad del control directo y de la autogestión de los medios de producción. El asociacionismo y las asambleas populares, dos formas de autogestión nacidas y crecidas en las luchas de la plaza Syntagma, han desplazado a los grandes distribuidores transformando a los mercados, que ahora ya no tienen intermediarios y son formas verdaderas de aprovisionamiento alimentario. Los precedentes nos llevan sin duda alguna al pasado de los obreros italianos en los años setenta del siglo pasado, o más recientemente a Argentina: Bienvenidos al país fantasma globalizado. Estamos en Argentina, pero podríamos estar en cualquier lado. Fábricas abandonadas, grietas en el cemento, maquinaria oxidada. Pero entre los escombros crece algo, se regresa al trabajo. De hecho, la gente es la que lo retoma. El nuevo lema es: ocupa, resiste, produce. Somos el espejo en el cual se deben ver, el error que deben evitar. Argentina es la tierra desolada que queda de un país globalizado. Somos hacia donde va todo el mundo (del documental The Take de Naomi Klein).

Laura Spont
Imagen: argia

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