domingo, 14 de octubre de 2012

hoy empieza la revolución...

Los multitudinarios actos de desobediencia civil, los procesos masivos de participación y decisión horizontal… son rasgos de lo que ha sido un poderoso movimiento: primavera árabe, 15M y Occupy Wall Street. Más indignación, más malestar y más desobediencia es la respuesta en la calle. Las élites económicas y políticas, por su parte, frente a una crisis económica, social, política y ecológica sin precedentes, han optado por pisar el acelerador. Y al mismo ritmo que la prima de riesgo sube, los recortes se intensifican y llegar a final de mes se convierte en “misión imposible” para miles de familias... La crisis clarifica las cosas. Las cortinas de humo se esfuman. Al capitalismo se le ha caído la careta. Consignas del movimiento del 15M como “no es una crisis, es una estafa”, “no debemos, no pagamos”, etcétera, se han extendido socialmente ante la profundidad de la crisis, la impunidad de quienes nos han conducido hasta aquí y la connivencia política con la que cuentan. Hemos visto gritar en las plazas y en las manifestaciones: “Hoy empieza la revolución” o “no es la crisis, es el capitalismo”. Y el desafío reside en llenar colectivamente de contenido programático y estratégico este malestar social e indignado. Ser capaces de dibujar poco a poco un esbozo de proyecto alternativo de sociedad y de cómo alcanzarlo y profundizar así en el alcance y la consistencia del rechazo creciente al mundo actual. La intensificación de la crisis, junto con la dificultad para conseguir victorias concretas, ha empujado a una creciente radicalización. Desde la emergencia del 15M, la ocupación de plazas, de viviendas vacías, de bancos e incluso de supermercados se ha convertido en una práctica frecuente. Y lo más importante: estas acciones han contado con un importante apoyo social. La desobediencia civil ha empezado a recuperar el espacio público. Y es que frente a leyes y prácticas injustas, la única opción es desobedecer. Y ante a este aumento de la respuesta social en la calle el miedo ha empezado a cambiar de bando. De ahí la escalada represiva contra quienes luchan con el objetivo de acallar la protesta… Aunque dicha estrategia les está resultando más difícil de lo que esperaban, debido a la profundidad de la crisis, la deslegitimación del gobierno y el importante apoyo con el que cuenta la movilización social. Nos intentaron hacer cómplices cuando no culpables de esta situación de crisis. Nos dijeron, por activa y por pasiva, que habíamos “vivido por encima de nuestras posibilidades”. Y el discurso caló. Mentira. Quien durante años ha vivido por encima de sus posibilidades ha sido el capital financiero y especulativo que hizo negocio con el territorio y la vivienda. La estafa de la crisis se ha convertido en una realidad para muchas personas. Y éste es el primer paso para cambiar las cosas. Abrir los ojos al Matrix cotidiano que no nos deja ver la realidad y despertar de la prisión virtual que es la ideología del capital.
Imagen: kaosenlared


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