martes, 9 de agosto de 2011

crónicas de un payaso ...

Hay noches que palestina suena como una canción de los antiguos bardos, profunda y ensoñadora, lejana y emocionante, y otras noches parece que el corazón te va a explotar de pasión escuchando sus tambores y darbukas, atrapando en el tiempo tierra y olivos, costa y horizonte.
Hay noches que simplemente se puede sufrir el estruendo de las sirenas militares, las bocinas de los jeeps, los motores de las escavadoras que tumban casas y derechos, las bombas cuando caen y cuando vuelven a caer.
Por eso la 1ª noche en palestina, con la luna repleta de recuerdos y promesas escuchando la fiesta del pueblo de Nablus, sus canciones y sus músicas me recuerdan porque estoy aquí y ahora, porque de nuevo regreso bajo bandera clown en una nave pirata en medio de la tormenta, es en la oscuridad y con el fuego de la memoria prendido que recuerdo mis noches en gaza, bajo el silencio aterrador de los misiles israelis, silencio que absorbe la vida hasta dejarla prácticamente congelada, antes de que el atronador final estalle en miles de partículas de rabia e impotencia.
Es escuchando la celebración de un pueblo con tierra pero sin estado que recuerdo las balas trazadoras cruzado la fachada del hotel en la franja cosiendo a fogonazos la frágil vida de un pueblo que huele a mar pero que no puede tocarlo.
Es en las primeras horas de mi regreso a palestina que la noche y su implacable mandato me recuerdan que hace 8 años abracé una causa, la de la humanidad entera, en forma de cometa y campos de refugiados, con el sabor de un fusil militar y del aroma que desprende la esperanza buscando la luz entre grietas de muros de terror y cárceles a cielo abierto.
Y cierro los ojos y veo un festiclown en una ciudad palestina liberada de ejércitos donde los niños no enseñan los restos de la metralla en sus delicados cuerpos sino sonrisas que rajan el alma de arriba abajo declarando abierta la fiesta y la vida...

Así empiezan las crónicas escritas desde Palestina por Iván Prado, director del Festiclown Palestina 2011, Festival Internacional que en los primeros días de septiembre se celebra en el territorio, con los objetivos de  paliar las consecuencias psicológicas de una guerra interminable, de fomentar las artes circenses como alternativa psicológica y social a una economía de ocupación y conflicto bélico eternizado y de capacitar agentes sociales en técnicas de risoterapia como medidas de lucha contra la frustración, odio indiscriminado y la depresión convertida en plaga social y fomentar los grupos locales de circo y clown.   
Fuente: Rebelion.org
Imagen: Difusamente.wordpress.com

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