lunes, 13 de enero de 2014

un lugar para disfrutar de la vida…


Llegué al mundo a primera hora de la mañana del 2 de abril de 1974. Sobre las 7:40 de aquel lluvioso día saqué mi cabeza y resto del cuerpo al mundo, pesando cinco kilos. El detalle me lo relató mi madre hace ya muchos años. Se ve que a pesar de disfrutar de los fogones familiares y del tapeo, dejé mi tendencia a engordar en el útero materno, porque han pasado ya casi cuarenta años de aquel episodio y pesaré unos setenta kilos. Creo que la práctica deportiva variada y los juegos de calle, más mi costumbre a andar por los pueblos y ciudades de España desde mi niñez han contribuido a ello. Mi niñez fue linda, básicamente porque me sentía querido por las personas que me rodeaban y nunca faltaron los recursos básicos para vivir con tranquilidad con el esfuerzo y el espíritu de hormigas de mis mayores. Eso explica que valore el trabajo ajeno y propio siempre que sea vocacional; el otro también, pero no cuenten conmigo si no me dedico a aquello que me gusta y libremente elegí. La cordura llegó con el apoyo materno, y di el salto a Madrid, urbe a la que llamo desde entonces mi segunda ciudad. Allí me encontré con una serie de amigos y maestros a los que sigo llevando conmigo en mi maleta vital. Con ellos aprendí a amar nuestra profesión, el respeto a informar bien documentados, y a no tragar carros y carretas. Como éramos culos inquietos, nos buscamos nuestras prácticas aquí y allá, y nunca nos faltó un periódico donde escribir, unos estudios de radio donde montar un programa o incluso de hacer de improvisados actores en la televisión. Pero tras aquel lustro maravilloso, los maestros y amigos continuaron, la vocación ya se había expandido, y ahora quería completarla con la de investigador social, profesor y escritor. Así que de la mano del bueno de Fernando Velasco llegué a la Ortega, a la casa de aquel pensador que con 19 años y de la mano de su discípulo y amigo Julián Marías contribuyeron a cambiar mi vida. Y comencé a disfrutar del mundo editorial… A día de hoy solo me faltan tres regiones de España por conocer, y he llegado hasta San Petersburgo, y en cualquier rincón del globo he hallado alguien interesante a quien escuchar y conocer. 
Imagen: Pedro Rodríguez Expósito

No hay comentarios:

Publicar un comentario