domingo, 19 de agosto de 2012

la niña yuntera...

Desde la ventana del verano oteo un mercadona bastante concurrido, mucho más los últimos días. Llegan viejitas con su caminar renco y su pensión amputada; licenciados en carreras que,   preparados y listos, no escuchan ¡ya!; niñas y niños que no compran ni suspiran  golosinas; y la maestra del pueblo que ya sabe que el próximo curso no les pondrá tareas para casa. Y salen con los ojos ‘menos cenicientos’. He averiguado. La cajera, con disimulo, esconde en sus bolsas un kilo de patatas o un paquete de arroz o lentejas. Me dice que si es ilegal le da igual, porque es justo. Es hija de madre y padre jornaleros. Es un alma color de olivo.
Fuente: PALABRE ANDO

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