domingo, 22 de enero de 2012

el saber hacer de los pueblos...

miserableslibertariosblogspot
Si pensamos en el conocimiento y la acción de un movimiento mundial como el de los indignados, pronto advertimos que hay problemas teóricos y prácticos considerablemente distintos a los que se plantean en la academia, en los partidos y los gobiernos. Teorías y prácticas que vienen “de abajo y a la izquierda” tienen la originalidad de criticar al poder cuando éste se siente distinto de la sociedad, y cuando se separa de la sociedad. Los nuevos movimientos del pueblo plantean una democracia que corresponda a las decisiones del pueblo, y que en caso de que se separe del pueblo dejará de ser democracia. Depauperados y excluidos, “indignados” y “ocupas” formulan teorías que contienen un gran respaldo empírico. Se trata de explicaciones y generalizaciones basadas en una gran cantidad de experiencias... conocimientos, artes y técnicas que corresponden al saber y al saber hacer de los pueblos... y toda la movilización empezó en las junglas de Chiapas con principios de inclusión y de diálogo. Vemos así que “desde abajo y a la izquierda” y desde las selvas tropicales surge un movimiento que no sólo lucha por defender los derechos de los pueblos indios sino por la emancipación de los seres humanos. Y ese movimiento universal en medio de sus diferencias vive problemas parecidos. Es más, encuentra soluciones parecidas para la creación de otro mundo y de otra cultura necesaria, a la que los pueblos de los Andes expresan como el bien vivir, “en que el vivir bien de unos no dependa del mal vivir de otros”. A esas aportaciones que de los indios de América vienen se añaden muchas más que corresponden a las experiencias de múltiples culturas e historias y que crean la historia universal de la lucha por la libertad, por la justicia y por la democracia, lema que levantó el movimiento zapatista y que anda por el mundo entero no como eco sino como las voces de un pensar y querer parecido. Y es en medio de la riqueza y novedad de esta movilización mundial como se captan una serie de reflexiones que vienen de abajo y a la izquierda: No pensar sólo en “qué hacer” sino en “cómo lo hacemos”; Precisar con quiénes “lo hacemos” en las distintas circunstancias; Rechazar terminantemente la lógica de la caridad y la lógica del paternalismo, pues ambas ocultan la manipulación (caridad y paternalismo son la cara buena de la cultura autoritaria); Dar los pasos necesarios para que el proyecto emancipador sea un proyecto realmente incluyente, y dé lugar a un trato respetuoso de las diferencias de raza, sexo, edad, preferencia sexual, religión, ideología, nivel educativo; Reconocer que en todos los grandes movimientos los pueblos no se inclinan por una revolución violenta sino por la ocupación pacífica y multitudinaria de la sociedad y de la tierra.
Fuente: lahaine

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