Toma una cabeza hecha con papel y cartón y la
presenta: Ésta es Lucila, la protagonista. El pegamento, que va uniendo las
capas de papel de periódico hasta dar con la forma perfecta, ya se ha secado.
Ahora sólo le queda pintarla con colores y retocar las zonas rugosas con una
lija. Lucila, la protagonista es una niña a la que le gusta mucho leer a
Gabriela Mistral. La vida de la poetisa chilena Lucila Godoy Alcayaga, más
conocida por su pseudónimo, es el centro de una de las funciones que Bárbara y
su pareja, Papo, llevan a zonas rurales del interior del país, donde la cultura
y la educación son de difícil acceso. Bárbara Salinas, geóloga de formación y
titiritera de profesión, decidió con 24 años dejar su puesto de oficina para
dedicarse a llevar títeres y educación a aquellos que no tienen tantas
posibilidades de acceder al mundo de la cultura por vivir en zonas aisladas del
país. Y desde entonces, mueve a sus muñecos en el escenario para llevar
mensajes importantes a los más pequeños. Mientras lee, Lucila habla sobre la
vida de Gabriela Mistral. Y los personajes van apareciendo detrás de ella, como
en un sueño. Y así, de la mano de Bárbara y Papo, la historia de Gabriela
Mistral, contada por títeres hechos con material reciclado, va llegando a las
localidades más apartadas de la comuna de Monte Patria, en la región de
Coquimbo. Gabriela Mistral nació en un pueblo de esta región y fue profesora en
un valle muy parecido a éste. Además, era una libre pensadora, y una luchadora,
bien revolucionaria para su tiempo. Por eso elegimos hablar sobre su vida. Con
esta misma historia, la de la niña Lucila que devora libros de Gabriela Mistral
y nos habla sobre la vida de la famosa escritora, Bárbara dio sus primeros
pasos como titiritera. Tienes que estar dispuesta a cambiar todo el diálogo,
según la conversación que los niños mantengan con los títeres… Ya está todo
listo para levantar el telón. Así que Bárbara y Papo se visten de negro,
agarran una maleta llena de títeres y recorren el valle hasta llegar a las
zonas más aisladas, donde es difícil encontrar funciones de teatro o libros de
Gabriela Mistral. Pero, mientras tiene luz el mundo, como rezan los versos de
la poetisa chilena, Bárbara y Papo siguen a cuestas con su maleta, acercando la
cultura a los lugares más recónditos del país. Precisamente para eso: para que
tenga luz el mundo.
Isabel Sánchez Benito
Fuente: Periodismo Humano
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