Mientras la Convención Nacional Demócrata
comenzaba a sesionar, afuera, bajo la lluvia, en el centro
paramilitarizado de Charlotte, Carolina del Norte, la verdadera democracia
halló su máxima expresión, si es que creen que esta se basa en una construcción
de los movimientos de base, como la lucha abolicionista, la lucha por el
sufragio de la mujer y el movimiento por los derechos civiles. En esta ciudad,
donde ocurrió una de las primeras manifestaciones contra la segregación en el
mostrador de un restaurante, diez inmigrantes indocumentados bloquearon una
intersección y se arriesgaron a ser arrestados y posiblemente deportados
mientras le solicitaban al Presidente Barack Obama y al Partido Demócrata que
apoyen al movimiento por los derechos de los inmigrantes y aprueben una
importante reforma migratoria. Cuando la maquinaria del Estado deja de
funcionar, cuando los políticos y los burócratas generan un estancamiento, es
necesario el poder popular para lograr un cambio significativo, que a menudo
conlleva un gran riesgo personal. A lo ancho de Estados Unidos, los defensores
de los derechos de los inmigrantes, que están bien organizados, participan cada
vez más en actos de desobediencia civil, en particular los jóvenes. Al igual
que en Carolina del Norte hace más de medio siglo, donde fueron los jóvenes los
que desobedecieron el consejo de sus mayores de que tuvieran paciencia en la
lucha contra la segregación. Hoy en día, muchos jóvenes ejercen presión para
que el Presidente Obama apruebe la Ley DREAM, mediante
la ocupación de las oficinas de su campaña. Muchos de estos jóvenes activistas
llegaron al país, sin documentos, cuando eran niños. El Presidente Obama se
mostró bastante compasivo con estos “soñadores” en el mes de junio, cuando
anunció la decisión del Departamento de Seguridad Nacional de liberar a 800.000
de ellos de la amenaza de ser deportados… Aquí, en Charlotte, fuera del centro
de convenciones, diez almas valientes, entre ellas una joven y su madre, y una
pareja y su hija, permanecieron sentadas bajo la lluvia frente a una gran
pancarta que colocaron en medio de la calle, que decía: “Sin papeles y sin
miedo” y tenía dibujada una gran mariposa en el centro. Mientras eran rodeados
por la policía, le pregunté a una de las mujeres que estaba por ser arrestada:
“¿por qué la mariposa?”, a lo que respondió: “Porque las mariposas no tienen
fronteras, las mariposas son libres”.
Fuente: Democracy Now
Imagen: Alta Alegremia
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