“No te olvides que del río viene
la vida para mi pueblo”, alertaba ya hace 10 años el cantautor Yalo Cuellar, en Lagrimas del Pilcomayo, un río que nace en los Andes de Bolivia,
por donde recorre 836 kilómetros, para seguir luego por Paraguay y Argentina e
integrarse a la gran cuenca del Plata. Pero nadie escuchó su denuncia. El
pueblo weenhayek, con más de 7.000 años y del que sobreviven unas 15.000 personas
en 62 comunidades
en la Región Autónoma del Gran Chaco, limítrofe con Argentina y Paraguay, ve
disminuir día a día la pesca, pilar de su sustento, así como la flora y la
fauna de la que también depende. Detrás, dice Cuellar, está “un veneno que
llega de lejos”, en forma de explotación hidrocarburifera y
forestal, sobre pastoreo del ganado vacuno y caprino, sedimentación del lecho
fluvial, sobrexplotación piscícola, contaminación, infraestructuras mal
concebidas fuera de su frontera y dejadez de las autoridades nacionales ante
todo ello. Los
weenhayek (pueblo o gente diferente, en su lengua) son expertos
en la captura de sábalo, dorado, surubí, pacú y bagre, y en la época de pesca,
las familias enteras dejan sus hogares y acampan a orillas del Pilcomayo, donde
parte del pescado se vende a intermediarios para su venta en las ciudades y el
resto es para el autoconsumo. No solo hay menos peces. También han disminuido
las plantas tradicionales, los animales silvestres y las especies melíferas (de
la miel), por la contaminación y la descontrolada irrupción de actividades
hidrocarburíferas, ganaderas y agrícolas, que han roto los ciclos naturales que
por miles de años protegieron sus pueblos ancestrales. En la degradación
del Pilcomayo, 2010 representa un hito especial. El caudal del río cayó de
2.500 a 90 metros cúbicos. Los weenhayek demandan gestiones diplomáticas
contundentes ante los gobiernos de Asunción y Buenos Aires, para que se definan
soluciones permanentes que recuperen la grandeza de su río. Urge la canalización adecuada
del afluente, así como la puesta en marcha de una Comisión Nacional del Río Pilcomayo,
donde participen todas las autoridades que tienen que ver con sus problemas y
adopten medidas para su rescate.
Fuente:
Periodismo Humano
No hay comentarios:
Publicar un comentario