Un renglón se atreve a desafiarme
Se presenta a bocajarro, por sorpresa
Pretende que me acerque hasta sus líneas
Y encuentre en esa acera mis quimeras.
Un renglón empieza a ser mi sombra
Confidente, refugio, eslabón de la cadena
Que me evita saltar de la cornisa
Y me borra poco a poco la tristeza.
Llega casi de puntillas y me inunda
Con notas de guitarra
Con boca llena
Me toca y me desnuda
Me abriga y me consuela.
Un renglón encuentra su paisaje
Y a punta de palabra me convoca
Abre alguna que otra puerta en mi memoria
Tropieza con mis rabias, mis ausencias.
Un renglón se convierte en más renglones
Me dibuja atrevidas primaveras
Consigue que me adentre entre sus huellas
Con mis miedos, con mis duelos… me despierta.
Un renglón se atreve a desafiarme
Como dice Bendedetti:
Vuelvo/quiero creer
que estoy volviendo.
Gracias por todo... y por lo que vendrá Manuel Cuesta
Imagen: Manuel Cuesta
Llegué a tu particular Kamchatka a través de Manuel Cuesta. Y antes, gracias también a él, nos conocimos. Fue el comienzo de nuestra amistad, con palabras y música. Curiosamente no fue esa vez un encuentro virtual (lo habitual en estos tiempos), sino real: De carne y hueso.
ResponderEliminarPues sí, yo también digo contigo: ¡Gracias, Manuel Cuesta!
Abrazos para ambos.
De carne y hueso efectivamente... o como diría el poeta, "de carne y verso". Manuel Cuesta, amigo generoso que abre vínculos y encuentra gentes, y emociones desde la cercanía y la luz de una canción... O Mundo de Alicia... el río de la vida... la barra colectiva... el poema suspendido en el alambre... y kamchatka, un lugar donde resistir...
EliminarBienvenido Miguel Cobo! Me encanta nuestro amigo común... y haberte conocido a ti y a Mari Carmen.
Nos seguimos encontrando!