Una vez soñé que nuestro saber,
el saber de nosotras, las negras, se transformaba en leche, en leche buena y
cremosa, en saludable leche azul de tan blanca que era, y entonces, dábamos de
mamar al mundo entero. Éramos una colonia de negras y avanzábamos una tras
otra, transportando con esfuerzo nuestras mamas llenas. Entonces aparecían
hombres en grandes barcos, nos agarraban, nos ataban, nos ponían la canga y nos
llevaban con ellos. Nos vendían, nos compraban a buen precio, nos palpaban,
pesaban nuestras mamas, las apuestas subían. Éramos las fuentes de saber. Como
antaño, nos encadenaban para que diéramos nuestras mamas llena de vida a todos
los blancos para proteger las blancas mamas de sus blancas madres, a todos les
dábamos la leche de nuestro saber.
Imagen: David Sacks
No hay comentarios:
Publicar un comentario