Desafío los malos presagios.
Me sublevo sobre la arena,
deslizándome en una fumarola de sufrimiento
y observo a Walaa.
Una princesa perdida camino del himeneo,
víctima de un invierno cruzado
Inerte, mártir en la franja,
la soledad sobre la arena.
Repliego mis alas, muevo las agujas
y calibro los tiempos, la memoria.
La redención de los débiles
Un rescate en un abrazo,
besos entre dunas de playa,
la Amaltea de cormorán.
Walaa sonríe.
Imagen: Palestina Libre
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