En los suburbios de La Habana, llaman al amigo mi tierra o mi sangre.
En Caracas, el amigo es mi pana o mi llave:
pana, por panadería, la fuente del buen pan para las hambres del alma; y llave por...
Llave, por llave -me dice Mario Benedetti.
Y me cuenta que cuando vivía en Buenos Aires, en los tiempos del terror,
él llevaba cinco llaves ajenas en su llavero:
Cinco llaves, de cinco casas, de cinco amigos: las llaves que lo salvaron.
Eduardo Galeano
Celebración de la amistad en El Libro de los Abrazos
Fuente: Diagonal
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