Te mentiría si te dijera que fui consciente entonces de lo que vendría
después […] Y había sin embargo algo trascendental, vital, que me anunciaba que
iba a dar un paso definitivo. Solo ahora me doy cuenta de hasta qué punto lo
fue y cómo, más allá de marcar mi vida, la transformó definitivamente. Todo lo
que soy ni seré nunca se explica por este viaje inacabado.
Esa ha sido mi vida, una mezcla constante de sentimientos, apasionados
las más de las veces… No estuvo mal descubrir lo bien que se siente uno siendo
útil y viviendo la aventura más allá de lo soñado. Eso sí, te lo confieso, volví
herido de mi última batalla. Y aún estoy llorando a mis muertos y lamiendo mis
heridas. Es difícil mantener el amor en la batalla… Y ahora, con una cierta
distancia temporal y física del horror vivido, Bosnia me arrastra y me lastima,
y me cuesta evitar hablarte desde mis heridas no cicatrizadas, abiertas y
sangrantes.
Estoy seguro de encontrarte en cualquier esquina,
aportando tu energía y en el mismo inmenso bando,
el bando del amor armado.
el bando del amor armado.
(de “El amor armado”)
Imagen: Carey Nash